La sabina (Juniperus gracilior L.) es una especie de conífera endémica de la isla de La Española y actualmente está amenazada. Ya solo se le encuentra en la Cordillera Central y en la sierra de Martín Díaz, frente a la bahía de Neiba. Conseguí dos posturas en el vivero del Jardín Botánico Nacional.
Eran tan pequeñas (tenían menos de una cuarta) que por un momento dudé que se prendieran. Hoy descubrí que ya son más grandes que yo. La lentitud con la que los árboles crecen hace que nos desentendamos de ellos hasta que un día nos sorprenden. Eso me ha pasado hoy con nuestras dos sabinas.
En unos años, alcanzarán hasta 20 metros de altura y ya pareceré un enano a su lado. Por el aroma de su madera, es utilizada en la fabricación de armarios, roperos y escritorios. Nuestras sabinas, en cambio, están destinadas a perfumar el aire de la Loma de Thoreau. Nadie las tocará mientras nosotros estemos.
Ya estaba oscureciendo. Mañana, las disfrutaré con claridad.
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