31 julio 2010

Potaje de jirafa

Para la inmensa mayoría de las familias cubanas comer es un trauma. Una vez que se logra una comida, comienza la tensa angustia de conseguir la próxima. Para un preso cubano, comer es también una insultante agonía. Cuando los disidentes desterrados cuentan sus experiencias detrás de las rejas, resultan difíciles de creer. Más que testimonios, sus palabras parecer fragmentos de novelas góticas.
Fabiola Santiago, de El Nuevo Herald, logró acopiar algunos de los ingredientes del menú de los presidarios: “Sopa de cáscara de plátano. Un grasiento y amarillento sebo de res sin sabor como acompañamiento. Un potaje de jirafa, así nombrado porque ‘se te estira el cuello de tanto buscar a ver qué tiene dentro’. Ojos, orejas y otras partes no identificables servidas como el plato principal”.
Como las familias de los carceleros también viven dentro de esa realidad, ellos prefieren robarse los insumos destinados a los reclusos para alimentar a los suyos. Por eso, la mayor parte de los víveres que llegan a las prisiones, son desviados para la bolsa negra. “Robarle a un ser humano en prisión, donde no puede hacer nada, eso es denigrante, el punto bajo de la humanidad”, dijo Mijail Bárzaga, quien permaneció siete años confinado.
Potaje de jirafa. Parece una receta recogida por Indiana Jones en una de sus expediciones, pero es el sabor del oprobio cuando se le sirve en Cuba, entre rejas.

30 julio 2010

Con un ojo cerrado

Mi generación no tuvo muchas opciones. Todos teníamos que comprar los juguetes el mismo día del año, solo podíamos ver dibujos animados soviéticos o polacos y a las ocho en punto, sin excusas ni pretextos, una calabaza que viajaba a bordo de una almohada nos mandaba a dormir.
Después que pasaba ese fin de semana de julio en que teníamos derecho a tres  juguetes (básico, no básico y dirigido), en las tiendas no quedaba ni una pelota de goma. Solo un artefacto permanecía en venta libre por el resto del año, era un cuadrado de plástico por el que se podía mirar si se cerraba un ojo.
Así fue que nos aprendimos de memoria los paisajes más conocidos de la URSS. Cada caja contenía diez diapositivas y algunas de ellas, en honor a la verdad, eran de una belleza indescriptible. No olvido una que reunía los actos más espectaculares del Gran Circo Soviético.
Muchos de nosotros tuvimos la oportunidad de educar a nuestros hijos en sociedades democráticas, donde han sido libres de elegir sus juegos y sus gustos. Pero a veces, de una manera inconsciente, les pedimos que cierren un ojo cuando tratamos de que vean el mundo. Sin quererlo, hemos traído de allá el viejo cuadrado de plástico.

29 julio 2010

Santo Domingo

Una de las cosas que más disfrutaba en la oficina de la estación era el boletinero. Cuando mi abuelo levantaba la estera que lo cubría, quedaban al descubierto todos los destinos que era posible alcanzar desde el Paradero de Camarones. Yo solía recorrerlos con la vista uno por uno, siguiendo el estricto orden que le había dado Aurelio a aquellas casillas.
Arriba estaban las estaciones y apeaderos del ramal Cumanayagua, más abajo, las de la línea de Cienfuegos a Santa Clara, luego el ramal Cruces y por último los medio pasajes. Encima de la gaveta donde se guardaba el dinero, estaban los cuños (el fechador y el oficial de la estación) y los boletines en blanco, que Aurelio llenaba con su impecable letra Palmer.
Santo Domingo era la única estación desconocida para mí. Allí rendía viaje el mixto de Cumanayagua. En su patio, en la década del 40, mi abuelo vio explotar a una locomotora de vapor. A mi tío Aldo aún se le humedecen los ojos cuando recuerda lo impresionante que se veía el tren Habana-Santiago retrocediendo para hacer andén.
Nunca pude imaginarme que ese sería también el nombre de la “estación” donde quedaría mi exilio.

28 julio 2010

Lugares comunes

Nunca en mi vida lo he llamado por su nombre, Rigoberto, y mucho menos por su apellido, Aguiar. Para mí, desde que tengo uso de razón, es El Chiqui, mi amigo de la infancia, el que más cerca me quedaba (el fondo del patio de su casa estaba del otro lado de las líneas y del andén principal).
Todas las mañanas del mundo nos reuníamos para jugar. A veces, cuando también acudían Norberto y Alexis, nos dividíamos en dos equipos de pelota “a la mano”. De lo contrario, nos hacíamos espadas de guácima o, con mi caballo soviético (un corcel con pedales que tiraba de una silla con ruedas), dábamos vueltas sin parar por los andenes.
Desde hace años, El Chiqui vive en Nueva York con su familia. Hace apenas dos semanas regresó al Paradero de Camarones para estar unos días con los suyos. Una de esas mañanas (sé que era de mañana por las sombras) la dedicó a retratar mi casa (aún digo que es mi casa, porque de lo contrario no podría fijar una residencia en Cuba y eso sería terrible).
Gracias a esas imágenes (son más de 40) he podido intuir el presente de todo ese pasado que siempre me acompaña. Ya El Chiqui está de regreso en Nueva York y yo permanezco en Santo Domingo. Pero de alguna manera volvimos a coincidir en nuestros lugares comunes. Nosotros, como mi viejo caballo soviético, nos mantenemos dando vueltas por esos andenes.

25 julio 2010

De regreso a Sterling Cooper

Hoy sabremos qué ha pasado desde que Joan, en la oficina improvisada en una suite del hotel Pierre, atendió la primera llamada de la nueva agencia: “Good morning, Sterling Cooper Draper Pryce”. Esta noche comienza la cuarta temporada de Mad Men. Hasta ahora se sabe muy poco de la suerte que han corrido Don Draper, su bellísima ex mujer y todos los personajes que giran alrededor de su mundo.
En la página de AMC, solo adelantan que el primer capítulo se llama “Public Relations” y que, en él, Don cometerá un error que pondrá en peligro a la nueva empresa. Tratar de hacer cualquier cálculo o predicción es en vano. Ya los escritores de la serie nos han demostrado todo lo que son capaces de destruir por tal de seguir construyendo su audaz historia.
Ahora Don es más libre que nunca (acaba de divorciarse y es dueño de su agencia), pero Estados Unidos comienza a dejar atrás la década de los sesenta y eso, al menos en la vida real, significó una drástica vuelta de tuerca. ¿Acabará por hundirse Don Draper, o conseguirá que sus clientes saquen a flote sus sueños? Mad Men logró ser impredecible y genial a lo largo de tres temporadas, todos nos merecemos que en los próximos capítulos lo sea aún más.

24 julio 2010

La ventanilla de Paul Theroux

No suelo sentir envidia por los grandes escritores. Me hubiera gustado escribir cosas de Sherwood Anderson, Emilio Salgari, Paul Auster, Antonio Tabucchi o Alessandro Baricco, pero no me creo capaz de superar su capacidad de inventiva y, de antemano, me doy por vencido. Sin embargo, admito que envidio a Paul Theroux. Aunque en su caso no son los libros sino su ventanilla.
El autor de El gran bazar del ferrocarril es, sin lugar a dudas, el viajero que mejor ha descrito el arte de dejarse llevar por un tren. “El tren es capaz de infundirte tranquilidad en lugares horribles, no tiene nada que ver con los angustiosos sudores de muerte que provocan los aviones, el mareo de los autobuses de largos trayectos o la parálisis que aflige al que va en automóvil”, define Theroux.
Ayer me regalaron la más importante obra de Theroux. Desde entonces viajo en trenes por Inglaterra, Francia, India, Vietnam o China. Voy a bordo de los nombres más fascinantes: Orient Express, Estrella del Norte o Transiberiano. Estoy feliz, pero muerto de envidia, no puedo dejar de desear ni por un segundo la ventanilla de Paul Theroux.

23 julio 2010

Hasta el infinito y más allá

Carlos Boyero, el implacable crítico de cine de El País, todavía no lo puede creer, pero ya lo afirma: “Es curioso que los dibujos animados, concretamente los que hace Pixar, se hayan convertido en el mejor cine narrativo actual. Nunca pude creerme que yo estuviera suspirando porque se estrena una película de animación y que eso me iba a provocar las mismas sensaciones que el cine que me ha gustado toda la vida”, afirma.
Él no está solo, le acompañan millones de espectadores en todo el mundo que piensan de una manera idéntica. Cuando se estrenó Toy Story, se estrenó también una nueva manera de soñar. Algo que parecía infalible y sempiterno, la fórmula secreta de Disney para encantar generaciones, envejeció en un abrir y cerrar de ojos. Desde entonces, los niños son mucho más incrédulos, porque sus ideales son más asequibles y se parecen mucho más a su realidad.
John Lasseter, el genio que se esconde detrás de las aventuras de Pixar, logró algo todavía más difícil, sus obras borraron la línea divisoria que había entre las películas para niños y las de adultos. No hay edad para ver Toy Story 3, aunque sí es indispensable verla. Gracias a esa factoría de genialidades, ir al cine, pagar una entrada y soportar los no siempre agradables contertulios, vuelve a ser una experiencia reconfortante.
Cuando comienzan los créditos de Toy Story 3 uno solo tiene dos opciones: llorar de la felicidad y delante de todos, o desear, como Carlos Boyero, que Pixar viva muchos años, que los que hacen estas películas no se mueran nunca, para que lleguen hasta el infinito y más allá, para que alcancen a todas las generaciones por venir y las marquen con sus genialidades.

Postales ideológicas

A Narciso Isa Conde le sobraron oportunidades y movimientos para levantarse en armas por sus ideales en su país. Cientos de dominicanos de su generación y más jóvenes que él, lo hicieron en su lugar y algunos, incluso, pagaron con sus vidas por ello. Narciso, en cambio, prefirió asistir a una guerra ajena, pero no a luchar, sino a retratarse.
¿Qué derecho o qué excusa puede esgrimir Isa Conde para que el gobierno colombiano le permita pasar por sus fronteras, disfrazarse de guerrillero y viajar hasta un campamento de terroristas, para luego, con toda naturalidad, salir por el aeropuerto ya en el rol de excursionista o, cuando más, de comentarista de televisión?
Si eso lo hubiera hecho alguien en Cuba o en Venezuela, ¿qué consecuencias habría tenido? Si a los cubanos no les está permitido oponerse al régimen ni tener ideas diferentes al pensamiento oficial, imagínense a un extranjero que se infiltre en su territorio. Sin embargo, la izquierda mundial no se cansa de buscarle excusas y de construirle eufemismos a la dictadura de los hermanos Castro. Para Colombia, en cambio, solo reservan agravios.
El turismo ideológico produce postales tan falsas como los gift shop. La foto de Isa Conde en plena selva, es una prueba irrefutable de eso. 

21 julio 2010

Lugares atornillados


Durante toda mi infancia padecí de la garganta. Cada quince días, mi abuela Atlántida me tenía que llevar a un especialista en Cienfuegos. De aquel viaje, por supuesto, lo que más disfrutaba era el tren. Una locomotora soviética, una casilla de expreso, un viejo coche Pullman y cuatro coches Escambray, hechos con el chasis de viejas guaguas Canberra.
Pablo Ortiz, el guardafrenos, a quien los ferroviarios llamaban “El Caballero del Carril” (era idéntico a Barbarito Diez, tanto en el físico como en el porte), siempre nos guardaba un asiento en el Pullman. Aunque ya se empezaba a destruir, aquel vagón aun conservaba su vieja elegancia y unos grabados con paisajes cubanos entre ventanilla y ventanilla.
Por eso, antes que mirar hacia afuera, yo prefería recorrer aquellos lugares atornillados detrás de un vidrio sucio: El Cobre, Viñales, Soroa, las Cuevas de Bellamar, el valle del Yumurí, el Salto del Hanabanilla, el Castillo del Jagua, Trinidad y el Morro de La Habana, entre muchos otros.
Cuando llegábamos al triángulo de Cartoqui, el tren hacía una complicada maniobra para virar los coches y dejar la locomotora de frente a la estación de Cienfuegos Viajeros. Allí nos quedábamos. Después de una rutina de pinchazos y luces apuntándome a la boca, regresábamos al Paradero de Camarones en el Pullman. Entonces, yo aprovechaban para volver a viajar por Cuba a través de unos lugares atornillados detrás de un vidrio sucio.

20 julio 2010

La libertad que tiene Caetano Veloso para ser Caetano Veloso

En una entrevista que publica hoy El Mundo, Caetano Veloso demuestra toda la libertad que tiene para ser él mismo. A los 68 años, nada lo amarra a nada que no sean sus verdaderas convicciones, ya sean musicales, estéticas o políticas. Por eso, en ninguna de las respuestas, el autor de “Noites do Norte” se ve forzado a decir verdades a medias o francas mentiras.
Cuando le preguntan sobre una de las canciones de su último disco, “Zii e Zie”, dedicada a la prisión de la base naval de Guantánamo, Caetano admite que la revolución cubana fue muy fuerte para su generación y, de inmediato, apenas separado por una pausa, se lamenta de que “en la isla no se dé mucho valor a los Derechos Humanos”.
Más adelante, habla de las próximas elecciones de su país sin metáforas ni parábolas, de hecho aclara que votará por Marina Silva, la candidata del Partido Verde. Después de agradecerle a Lula (a quien definió hace poco como “un analfabeto que no sabe hablar, ordinario y grosero”) “la inteligencia de mantener lo que combatía”, le pidió que no trabajara por devolver a Brasil “al estilo populista latinoamericano”.
Llama a su banda “power trío” y ahora compone “transambas” y “transrock”. Asegura que los artistas no se jubilan porque “cantar, hacer películas, pintar o escribir no es propiamente un trabajo. Es un modo de vivir”. Jura que no ha hecho todavía una canción o un disco que lo haya dejado satisfecho... Ese es Caetano Veloso, un hombre tan libre, que puede darse el lujo de ser Caetano Veloso.

19 julio 2010

¡Pínchalo, Jabao!

Una de las escenas más populares del cine cubano es la tortura a un prisionero. En un momento, uno de los verdugos repara que un compañero suyo se ha salido del grupo y le alcanza un arma blanca para que él también cargue con una porción de la culpa: “¡Pínchalo, Jabao!”, le dice, mientras lo empuja hacia el cuerpo maniatado.

Con su “Mensaje para Nelson Mandela”, Fidel busca dos cosas, desesperadamente, pero solo dos. Primero, tratar de robarles el mayor espacio posible en las primeras planas a los presos políticos cubanos. Él sabe que una respuesta de Mandela sería un espaldarazo que reseñarían muchos diarios en todo el mundo. Segundo, salpicar la impoluta figura del líder sudafricano con sus hediondas obsesiones.

En casi todos sus párrafos, la misiva repite las mismas divagaciones que ha estado profiriendo en los últimos días, ya sea a Randy o a los delfines del Acuario. Pero hay una oración que merece ser subrayada: “Solo estuve en la prisión política menos de dos años, pero fue tiempo suficiente para comprender lo que significan 27 en las soledades de una prisión, separado de familiares y amigos”, dice con desparpajo.

Como en la escena de la película, el Comandante conmina a su viejo amigo para que exponga su prestigio y se haga su cómplice delante de todo el mundo. Es una pena que a Fidel lo único que se le ocurra pedirle a Mandela es que lo acompañe en su delirio, tanto que podría aprender de él.

18 julio 2010

Delfines amaestrados

Es probable que Fidel Castro no esté tan lúcido como insisten en afirmar sus acólitos, pero su proverbial capacidad para jugar a la riposta se mantiene intacta. Es por eso que, con camisa a cuadros y de mangas cortas, se ha lanzado a la calle. El Comandante sabe que la victoria moral de Guillermo Fariñas y las Damas de Blanco le puede costar demasiada cara a su ruinosa dictadura.

Es muy probable que ni él mismo se crea toda esa trama del ataque nuclear a Irán. No dudo que se atreviera a exagerar (él, a la hipérbole, es lo que Capablanca fue al ajedrez) y lanzar la bola durante el mundial de fútbol a sabiendas de que haría un papelazo. A fin de cuentas, por sus errores siempre ha pagado otro (esta vez fue un compañero del MINREX que se quedó dormido).

Lo que él necesita encubrir a cualquier precio es la noticia de que un negro cubano, formado por la revolución y veterano de Angola, sin otra arma que su fuerza moral y sin más apoyo que su conciencia, había logrado derrotarlo. Lo que Fidel quiere impedir es que el resto del pueblo se entere de lo que en verdad está ocurriendo dentro del país.

Cuando tropezó y rodó por el suelo en Santa Clara, pidió un “yipi” para tener una salida digna de la plaza. Ahora que la huelga de hambre de Fariñas y la actitud indoblegable de las Damas de Blanco le doblaron el pulso, quiso que lo llevaran al acuario. Un espectáculo de delfines amaestrados siempre resulta inspirador para la retentiva de un hombre que ha sujetado el aro y les ha pedido a todos que pasen a través de él.

16 julio 2010

Recolectores de huesos

Anoche, los que perdieron el sueño y se quedaron pendientes de Twitter, fueron los primeros en enterarse de la tétrica noticia: Hugo Chávez había destapado el féretro de Simón Bolívar. “Hola mis amigos. ¡Qué momentos tan impresionantes hemos vivido esta noche! ¡Hemos visto los restos del gran Bolívar!”, escribió el mandatario.
Hoy la inflación en Venezuela supera el 31%, la más alta de América Latina. La economía del país entró en recesión desde el año pasado y en el primer semestre de 2010 se mantiene en números rojos. La estatal Productora y Distribuidora Venezolana de Alimentos, PDVAL, ha sido incapaz de sustituir a las cadenas de supermercados y los alimentos podridos en puertos y almacenes ya superan las 130.000 toneladas.
La única respuesta que se le ocurrió a Hugo Chávez para tantos desatinos fue exhumar los restos de Bolívar. Al menos tiene una excusa: determinar la causa de su muerte, ocurrida en 1830. “Confieso que hemos llorado. Les digo: tiene que ser Bolívar ese esqueleto glorioso, pues puede sentirse su llamarada. Dios mío. Cristo mío”, exclamó Hugo. Está vez, como en muchas otras, Hugo siguió al pie de la letra el guión de su ídolo.
A mediados de los años noventa, cuando Cuba atravesaba por uno de sus momentos más difíciles, a Fidel se le ocurrió empezar a buscar la tumba del Che. Aún no está del todo claro si los restos que se exhiben en Santa Clara son en verdad los de Ernesto Guevara, pero el espectáculo funcionó y de eso se trataba. Todo parece indicar que los recolectores de huesos suelen salirse con la suya.

Nuevos poemas en Efory Atocha

Estos tres poemas inéditos acaban de ser publicados en Efory Atocha, ese espacio tan parecido a una estación, que Santiago Alpízar mantiene abierto de par en par para que todos los cubanos lleguen hasta él con sus creaciones. Le agradezco a Chago que una vez más me permitiera entrar en su casa madrileña. Me divirtió mucho la foto que eligió, donde, aprovechando viejos juguetes de Ana Rosario, me disfracé de algo que siempre quise ser: un pirata de la tripulación de El Rayo o un soldado del Tigre de la Malasia.

EN UN BARRANCO CERCA DE TURÍN

Del lado de allá del barranco unos niños jugaban.

Caminó por el filo de hierbas,

sin quitarle los ojos al río y al abismo,

aquel precipicio que tantas veces describió

en lugares tan distantes.

Sacó un cuchillo y,

siguiendo los pasos del rito Seppuku

(que había estudiado para ponerle fin

a uno de sus personajes), se sacó las entrañas.

Ese día, en el Valle di San Martino,

cerca de Turín,

corrió la noticia de que un loco,

hincado de rodillas,

se había quitado la vida como un samurái.

Poco después la crónica le dio la vuelta al mundo.

Entonces, ya no se habló más del orate,

sino de feroces combates en la Malasia y el Caribe,

de aventuras en Cartago, la India, Siberia y el Ártico.

Aquellos niños, los del lado de allá del barranco,

se batían como tigres junto a Sandokán y Yáñez,

uno decía llamarse Tremal-Naik

y el otro alardeaba la fuerza de Kammamuri.

Eso creyó oír Emilio Salgari cuando se abrió la camisa.

Poco antes había roto su pluma,

no sin antes pedirle a sus editores

(esos que se habían enriquecido con su piel)

que cubrieran los gastos del funeral.

LUJO

Ya no voy a ser todas las cosas que quise de niño.

No se me ocurrirán palabras

ni sueños

ni nada

que otros no hayan dicho antes

con mayor elegancia, con increíble soltura.

Pocas nociones cambiarán a mí alrededor.

No zanjaré ni siquiera aquellos malentendidos

que me figuraba simples,

casi resueltos.

Cuando creí ver un río crecido, era una nube

que alguien describió como un narval

hundido en el océano del horizonte.

Ese error de cálculo es la suma de muchos otros.

Por eso creo que sería demasiado dichoso

si consigo llegar a la vejez

lúcido y solvente,

con lo indispensable para no ser una carga.

Siempre he sido el trueno de lejanos relámpagos,

el eco de las voces que lo definieron todo,

el inquilino adeudado

que esperaba por el niño que quiso ser

el hombre que no soy,

el impostor que se da el lujo de envejecer en mi ausencia.

EL VERANO

El verano es eso que sueles llevar puesto

cuando estás completamente desnuda.

Recuerda que era muy tarde en la noche

y que John Wayne iba a todo galope

por el gris definitivo que cubría el desierto.

El agua de junio golpeaba en los cristales

y tú te habías llenado de talco hasta el pelo.

Como un fantasma cruzaste por la pantalla,

justo cuando aparecía en primer plano

el rostro del hombre

que en verdad mató a Liberty Valance.

Los disparos retumbaban contras las paredes

de la habitación oscura y caliente.

Entonces fue que trataste de salir del verano,

pero ya era parte de tu piel

y tuvimos que dormir a su lado toda la noche.

13 julio 2010

Nosotros cantábamos boleros

Éramos doce. Ocho cubanos, dos dominicanos y una brasileña. Algunos celebrábamos un esperado reencuentro y otros la fortuna de habernos conocido. Temprano en la noche vimos un concierto de Jorge Drexler, en Madrid, y otro de Ray Charles, en Río de Janeiro. Bebíamos rones, vinos y ese raro destilado que se produce cuando se advierte que las cosas que parece que sucedieron ayer, ya son un pasado remoto, irrecuperable.

Freddy Ginebra, después de quedarse ronco en la calle, porque la música estaba demasiado alta y no oíamos ni sus gritos ni sus llamadas a los celulares, se apareció con una enorme paella. En la terraza, a pesar de que el verano de Santo Domingo se resistía a dejarnos en paz, llegaba de vez en cuando un confortable aire frío. Gracias a eso, Gloriosa reconstruyó la relampagueante y surrealista visita de André Bretón a La Habana.

Hubo un momento en que se acabó la música y, sin que nadie se lo pidiera, Yordanka empezó a cantar. Uno tras otro, se sucedían las canciones, los abrazos y los brindis. Fue entonces que alguien reparó en que Olga Guillot acababa de morir. Muchos aún no se habían enterado de la noticia. De manera unánime, sin que nadie lo propusiera, nos callamos por más de un minuto.

Nosotros cantábamos boleros, pero en ese momento dejamos que Olga, en silencio, volviera a su trono.

10 julio 2010

Jaime Ortega en bata de casa

Conocí a Jaime Ortega en el bautizo de la hija de un amigo. Fue una ceremonia tan discreta que el cardenal pudo comportarse como un cura de pueblo. Trató a los pocos que asistimos como viejos conocidos. Hizo chistes, contó chismes y dijo gusanerías. El sacerdote se sentía en un ambiente familiar. Más que una sotana, parecía vestir una bata de casa.

Esa es la única vez que le he visto decir cosas más o menos relevantes, aunque debo admitir que ninguna de ellas rebasaba el ámbito familiar, ese estricto y llano cotilleo del día a día. A partir de aquella mañana del año 2000 (¿o fue en 1999?) le volví a perder de vista. Su incidencia en la vida nacional ha sido tan irrelevante, que poco importaba si había vuelto a Cárdenas o permanecía en la catedral de La Habana.

De un tiempo a esta parte, el cardenal Ortega (algunos libros de estilos sugieren que ese cargo se escriba en mayúsculas; en el caso de Jaime, sería una tremenda exageración) se ha prestado para algunas maniobras del régimen de los hermanos Castro. A eso y solo a eso se debe su súbita resonancia en los reportes de prensa. Tal como se manejó en el bautizo, Ortega ha hecho chistes y ha contado chismes, pero, también hay que decirlo, se ha tragado las gusanerías.

Todo parece indicar que el cardenal estará muy ocupado en los próximos días. Según leo, se ha propuesto convencer a todos los presos políticos que serán liberados por la dictadura de que se acojan al destierro. Más que un guía espiritual, Jaime se comporta como una piadosa beata, por eso es que el atuendo de ir por casa le quedaría mejor que la sotana.

09 julio 2010

El silencio cobarde de Granma

El periódico Granma es el único diario que circula en toda Cuba. Como a la inmensa mayoría de los cubanos les está vedado el acceso a Internet, esa especie de pasquín de apenas 8 caras (editorialmente tiene muchas más) es uno de los pocos accesos de la gente a la información de una manera oficial.

Ayer, en horas de la tarde, más de cien periódicos en decenas de países reseñaron, casi en tiempo real, una noticia que acababa de producirse en Santa Clara, “la ciudad que posee la isla en el centro”, como diría el trovador antiguo. Granma no es muy dado a cambiar la portada de su edición digital durante el día y ayer no fue la excepción.

Pero en el diario impreso de hoy también pasó por alto el hecho histórico. Los dos titulares que más se destacan son una cita de Fidel de ¡abril de 1986! y el acueducto de Santiago, una obra que hace varios años se anunció como prioritaria y aún está inconclusa. El ahorro, la nómina del pentágono, las cartas de los lectores y un documental sobre la diversidad de la vida en la tierra, ocupan el resto de la plana.

En las otras páginas tampoco se dice ni media palabra. El mundo entero sabe desde ayer que Guillermo Fariñas, después de haber derrotado al régimen de los hermanos Castro con la fuerza de su moral, abandonó la huelga de hambre y sed que mantuvo durante 135 días. Fariñas logró su objetivo con creces. En las próximas semanas, la dictadura tendrá que liberar a 52 presos políticos. Pero el Granma no logrará el suyo, su cobarde actitud no va a impedir que, en su momento, Cuba entera le agradezca a Fariñas su indescriptible heroísmo.

08 julio 2010

Guillermo Fariñas, el primer cubano que derrota a Fidel Castro

Guillermo Fariñas ya le dobló el pulso a Fidel, ahora debe abandonar su huelga de hambre y salvar su valiosa vida. La dictadura de los hermanos Castro no pudo soportar el peso moral de un hombre que ha resistido más de 130 días de hambre y sed. Gracias a ese acto serán liberados en los próximos días 52 presos políticos.

Que nadie reclame esa victoria, ni el timorato cardenal ni el amorfo Moratinos. Han sido unos pocos cubanos, increíblemente humildes, exageradamente valientes, los que han doblegado la arrogancia del régimen y, por primera vez en medio siglo, lo han obligado a claudicar en su despiadada intransigencia.

Al borde de la muerte, ya sin poder hablar, Guillermo Fariñas tiene todavía el temple y los cojones de convocar a sus compañeros de lucha para emitir junto a ellos un comunicado. Ojalá que los convocados a ese encuentro lo convenzan de que abandone de inmediato la huelga de hambre, de que ahora lo importante es que él se salve.

En abril de 2009, Evo Morales se declaró en huelga de hambre y, apenas dos días después, ya Fidel Castro calificaba aquel acto de heroico y, por el significado moral que implicaba, no albergaba la menor duda de que el Presidente boliviano saldría victorioso. ¿Cuáles serían los adjetivos que merecerían de él, entonces, un hombre que hace más de cuatro meses no ingiere ni un sorbo de agua?

Guillermo Fariñas, el primer cubano que derrota a Fidel Castro, debe vivir, él merece alcanzar el abrazo de once millones de compatriotas… y las gracias.

07 julio 2010

El rojo de los Rojas

Fernando Rojas, viceministro de Cultura de Cuba, aseguró en Viena que existe un “doble rasero” en la campaña que la opinión pública mundial libra contra la dictadura cubana. Luego, admitió que se siente satisfecho con la “voluntad del Gobierno español de tener una relación constructiva” con el régimen. Ninguna de esas dos conclusiones son suyas, se las dictaron en La Habana, antes de que hiciera las maletas.

A diferencia de su hermano Rafael, que es uno de los cubanos más lúcidos, honestos y necesarios, Fernando decidió hacerse cómplice del oprobio y dedicarse a justificar desmanes: La dictadura de los hermanos Castro mantiene en estos momentos a más de 160 presos políticos en condiciones inhumanas y sin acceso a ninguno de los derechos que gozan, por citar solo un ejemplo, los espías cubanos que cumplen condenas en Estados Unidos.

Cuando Rojas se refiere a la huelga de hambre que, por más de 130 días, ha mantenido el opositor Guillermo Fariñas, acaba haciéndose una pregunta: “¿cómo se reacciona ante un hombre que está en completa libertad, en el pleno ejercicio de su derecho, y toma una decisión personal como es hacer una huelga de hambre?”.

Es curioso que Fernando, solo por esa vez, evitara citar a su venerado líder. Ni siquiera tenía que ir demasiado lejos, pues hace apenas un año, en abril de 2009, Fidel se refirió al tema en una de sus Reflexiones. Por esos días, Evo Morales (a pesar de que gozaba de todos sus derechos y ejercía como Presidente de Bolivia) se declaró en huelga de hambre. El Comandante en Jefe no vaciló en alabar la fuerza moral que implica esa decisión. “No albergo la menor duda de que Evo saldrá victorioso”, concluyó.

Una vez un ingenioso y querido amigo, refiriéndose a Fernando y Rafael, dijo que la suya era una típica familia cubana del siglo XIX, con un hijo en la Capitanía General y el otro en la manigua. El rojo de los Rojas anda por Viena representando al “capitán general”, aunque solo lo cita cuando le conviene, porque su rasero ni siquiera es doble, sino sumiso, penoso.

05 julio 2010

Fidel necesita la guerra de Irán

Desde que comenzó la Copa Mundial de Fútbol, Fidel no cesa de advertir la inminencia de una Tercera Guerra. Según el ex mandatario devenido en agorero, Estados Unidos e Israel se aprovecharán de la euforia global por el campeonato que se celebra en Sudáfrica para atacar a Irán.

En sus Reflexiones de hoy, el Comandante comienza a preocuparse. No es para menos, ya estamos en semifinales y aún no ha sonado el primer cañonazo. Apenas le quedan tres partidos para acertar en su ejercicio de adivinación. “Faltan aún seis días para el partido final” se dice a sí mismo, a modo de consuelo.

“Qué extraordinaria oportunidad se perderán posiblemente el imperio yanqui y el Estado fascista de Israel para mantener apartadas las mentes de la inmensa mayoría de los habitantes del planeta de sus problemas fundamentales!”, más que una advertencia, su frase parece una arenga y es que él más que nadie necesita esa guerra.

En la madrugada del 18 de mayo de 2003, el régimen cubano se aprovechó del ataque de Estados Unidos a Irak para poner en marcha una de sus más grandes olas represivas. Entonces, más de 70 opositores políticos, periodistas independientes, defensores de los derechos humanos, bibliotecarios y sindicalistas fueron privados de todo derecho y condenados a un largo e injusto presidio.

La situación en la Isla hoy es mucho más tensa que en 2003. Por eso Fidel pide a gritos una guerra en Irán, necesita cuando antes que tantos ojos en todo el mundo dejen de mirar para Cuba. Imagínenselo encaramado en la silla de ruedas, viendo cómo el Mundial se le acaba sin que Obama se decida.

03 julio 2010

Cuba tiene sueño

Cuenta Raúl Rivero que una mañana de 2003, en el presidio político, le preguntó a Ariel Sigler Amaya qué había sentido cuando sus verdugos le pusieron una pistola en la sien y lo amenazaron con darle un tiro. “Sentí sueño”, respondió Ariel. Cuba, como nación, está experimentando una sensación muy parecida ante la inminencia de lo peor.

La dictadura de los hermanos Castro ha arrastrado al país a la indigencia. Una economía, que hace medio siglo era líder continental en la mayoría de los índices de desarrollo humano, ha llegado a un punto en que ya comparte con Haití algunas de las peores cifras de la región.

Fidel Castro se ufana de haber comandado a las tropas que le propinaron a Estados Unidos la primera derrota en suelo latinoamericano. En eso, como en muchísimas otras cosas, tergiversa y, lo que es peor, miente. Con su instauración por más de cinco décadas en el poder, el gran derrotado ha sido el pueblo de Cuba, pues tuvo que ceder todas sus libertades a cambio de una presunta soberanía.

Hoy el régimen es capaz de sentarse a negociar con la iglesia católica y hasta con un dignatario de su antigua metrópoli, con quien sea por tal de seguir excluyendo a los cubanos. La jugarreta es comprensible: Cuba tiene sueño y nadie sabe qué puede ocurrir si se despierta.

01 julio 2010

Martí ya no cabe no el almanaque del "Año 52 de la Revolución"

Cuba es un país tan desconectado del mundo real, que sus periódicos aún se ven en la necesidad de publicar, en sus escasas páginas, el calendario del año. Son tan pocos los cubanos que tienen acceso a una computadora o a un teléfono celular (donde cada quien personaliza su propia agenda), que se hace indispensable aún ese antiguo servicio público.

Tribuna de La Habana, el periódico de la capital cubana, mantiene en su portal un almanaque. Se trata del PDF del que publicó en una de sus planas a principios de año, por eso las fotos son en blanco y negro y el único color del que dispone es el azul aguado que se usa en la impresión. Pasemos por alto el pavoroso del diseño. Quedémonos en el contenido.

En enero, el mes del natalicio de José Martí, se prefiere resaltar la entrada de Fidel en La Habana. Sin embargo, en agosto, no se pasa por alto el cumpleaños del Comandante en Jefe. En mayo, que se conmemora la caída de Martí en Dos Ríos, eligieron el Día Internacional del Trabajo. En octubre, en detrimento del levantamiento en armas del Padre de la Patria, Carlos Manuel de Céspedes, se prefirió la Jornada Camilo-Ché.

Martí ya no cabe no el almanaque del "Año 52 de la Revolución" y eso le hace un favor al Apóstol, porque lo exonera de la decadencia, lo exculpa de las ruinas.