Soy un fetichista. En el caso específico de Clint Eastwood, soy un fetichista. Durante mucho tiempo lamenté no fumar. Peor aún, detesté mi intolerancia al olor del tabaco. Me hubiera encantado torcer la boca como él, tener la habilidad de poner esa cara justo antes de dejar ir una bocanada de humo.
Primero fueron sus personajes (de adolescente, estuve semanas tratando de aprender a escupir como él), luego sus películas y al final sus posturas políticas, siempre despojadas de compromisos y ajenas a la corrección. Hoy cumple 90 años uno de los pocos genios coherentes que le quedan a este mundo de ñoños ignorantes e ingenuos.
Con los años he ido pareciéndome cada vez más a él. No en el físico (para un guajiro cubano resulta inimitable, más allá del parao), sino en la manera de pensar y entender el mundo, en su obstinación por ser un hombre libre y estar dispuesto a pagar las consecuencias por comportarse como tal.
Gracias por cada una de esas películas que ha cambiado mi vida. Felicidades, Clint, lástima que los malos y los feos sean infinitamente más.
Gracias por cada una de esas películas que ha cambiado mi vida. Felicidades, Clint, lástima que los malos y los feos sean infinitamente más.
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