27 julio 2020

Imitaciones

El colibrí real sobrevoló
la lámpara que lo imita.
Por un momento pareció
ser parte de ella.

Él prefiere el néctar

de la mañana

y los otros

se iluminan

al final de la tarde.

Esa es, pienso yo,

la mayor diferencia 

que hay entre ellos.


Las imitaciones

hoy en día

están cada vez

más cerca

de ser ciertas.

Tarde o temprano

perderemos

esa habilidad

que nos permite

identificarlas.

 

Por eso

el colibrí real

se esfuerza tanto.

En apenas

unos segundos

es capaz 

de mostrarme

su virtuoso

manejo

de la gravedad.

 

Sabe bien

que cuando

oscurezca

sus congéneres

de plástico,

sin saber

ni siquiera volar,

deslumbrarán

al mundo.

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