que he visto
y me he imaginado
(incluida la noche
cóncava de Borges
y aquella,
pobre y urgente,
que no dejó
dormir a Martí),
prefiero esta,
en que vuelvo
de un lugar
que ya no existe
y no paro
hasta dar
con tus ojos.
De todas las noches
que he visto
y me he imaginado
(incluida la noche
a tientas de Walden
y la que esparce
constelaciones
para que Whitman
abra una escotilla
y mire),
prefiero esta,
en que la neblina
y yo
te compartimos
hasta que la luna
se apague
y la mañana,
indiferente,
borre
las huellas
que dejamos
en lo más oscuro.
1 comentario:
POEMAZO.
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