Para Alfredo Zaldívar
Todos los ríos de Matanzas
desembocan en poemas.
La bahía,
ancha como los versos
que la ciudad inspira,
es solo una excusa.
Un poeta solo,
delante del agua,
tiene el valor
de admitir
todo lo que se creía
capaz de callar.
José Jacinto,
dime tú
si tengo razón
o no
en lo que digo.
Plácido, ninguno
de tus fusilamientos
me dejará mentir.
Un poeta solo
es un puente
por el que nadie
se atreve a cruzar.
Pero en una ciudad
que se sienta
a mirar sus cauces
como si fueran espejos,
debería
ser distinto.
Todos los ríos de Matanzas
desembocan en poemas.
Aquí el mar no importa
porque siempre
queda demasiado lejos.
El mar es solo eso
que los poetas
siempre ocultan
cuando juran
haber dicho
lo que saben.
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