24 junio 2020

La lluvia ya no es lo que era

Foto: © Mario Dávalos

Primero fue un aguacero

de mariposas amarillas.

Salían de todas partes

y eran arrastradas 

por el viento

hasta caer

sobre el pasto

y despejar 

a la tarde.

Luego comenzó

una llovizna

de arena.

Ni el silencio

de la mañana

logró

salvarse

de sus tenaces

tambores.

 

La lluvia ya no es

lo que era.

Aquellas aguas 

límpidas

que nos daban

en la cara

por esta época

del año,

ahora 

son un torrente

de mariposas

y arena.

 

La lluvia ya no es

lo que era

y nosotros,

con las bocas

tapadas,

seguimos

el ritmo

de unas mariposas

y de los tambores

de la arena

para domesticar

nuestra impaciencia.

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