José Antonio Rodríguez sugiere, en una carta enviada al semanario Clave, que se me declare persona non grata en República Dominicana. El motivo de su petición es una columna mía, “Fósiles, nostalgia”, aparecida en ese mismo semanario. Muchísimos amigos dominicanos me han llamado. Ninguno estaba sorprendido y, curiosamente, todos reían.
Sí, la carta da risa y no merece respuesta alguna. Pero quisiera corregir dos o tres imprecisiones y más de una manipulación que Rodríguez hace. No soy un hombre valiente. En mi último libro, incluso, hay un texto donde lo dejo por escrito. Aún así, no sé qué constancia tiene José Antonio Rodríguez de mi cobardía.
Me gustaría que ofreciera pruebas un poco más objetivas que su fundamentalismo rabioso y su obcecada pasión por la dictadura de Fidel Castro y el poder que detentan dentro de ella algunos amigos suyos. Nunca he puesto en venta ni mis principios ni mis ideales. Simplemente creo que ser fidelista a estas alturas equivale a haber sido batistiano en La Habana de los años cincuenta o trujillista en el Santo Domingo de los sesenta.
Entre las infinitas carencias que sufren los cubanos que viven dentro de Cuba, hay una que es la más vergonzosa de todas: la falta absoluta de libertad. Nadie me hará callar hasta que eso no cambie. José Antonio Rodríguez no sólo escribe mal, también lee mal. En mi texto en ningún momento llamo fósil a Víctor Víctor, a quien respeto muchísimo como creador y quiero como individuo (no puedo decir lo mismo de Rodríguez, en ninguna de las dos cosas).
Simplemente no comparto con Vitico sus nostalgias por una revolución que hace rato se transfiguró en un penoso estado totalitario. Me alegra parecerle una persona non grata al publicista y empresario, eso eleva mi autoestima, me hace creerme una mejor persona. A mí, en cambio, lo que no me es grato es escuchar las canciones de Silvio Rodríguez y Joan Manuel Serrat a través de intermediarios. Conservo todas sus obras y las oigo casi a diario.
Valoro demasiado la originalidad como para perder mi vínculo con ella. De manera muy oportunista, Rodríguez me acusa de atacar a la bachata, lo cual tampoco hago. Por eso le pido que se tome el trabajo de buscar todos los textos que he publicado defendiendo a ese género que, apuesto lo que sea, él no consume (salvo que se trate de un espectáculo que le ofrezca grandes dividendos).
Si no los encuentra, puede pedírselos al propio Vitico, quien colaboró conmigo en todo un dossier que Pasiones le dedicó a esa esencia de la identidad dominicana. No recuerdo deberle ningún favor a Rodríguez. Ni yo, ni mi familia. No sé por qué se incluye en una lista de gente que sí me ayudó muchísimo y de las que sí estaré agradecido por siempre. Hasta donde sé, cada vez que hemos coincidido, él sólo ha sabido ejercer el rol de empresario capitalista con marcados intereses pecuniarios; muy divorciados, por cierto, del revolucionario que preconiza.
Nadie, y muchos menos José Antonio Rodríguez, me puede quitar lo que ya República Dominicana me ha dado. A este país le debo, incluso, mucho más de lo que el mío pudo darme. Todo lo que he logrado aquí ha sido de una manera honesta y trabajando duro. Mi nombre nunca ha estado ligado, por ejemplo, a un desfalco bancario o a una evasión de impuestos.
He cumplido todos mis compromisos como ciudadano y República Dominicana me ha retribuido justo lo que merecía por ello. Participar de una democracia también me ha permitido aprender a decir lo que pienso, a tiempo y sonriente, sin que por ello tenga que ir a la cárcel o huir. Sin embargo, reacciones como la de Rodríguez me recuerden que, aún dentro de un país libre, nunca se está del todo a salvo del totalitarismo y la mezquindad.
La única esperanza que tengo, José Antonio Rodríguez, es que cuando Cuba sea libre y salgan a la luz pública todos los horrores y espantos que viven los cubanos hoy, pidas disculpas por haber apoyado a la dictadura que le infligió tanto dolor y desesperanza. Dejo eso en tu mesita de noche, para ver si al menos en sueños llega a tu conciencia.
Sí, la carta da risa y no merece respuesta alguna. Pero quisiera corregir dos o tres imprecisiones y más de una manipulación que Rodríguez hace. No soy un hombre valiente. En mi último libro, incluso, hay un texto donde lo dejo por escrito. Aún así, no sé qué constancia tiene José Antonio Rodríguez de mi cobardía.
Me gustaría que ofreciera pruebas un poco más objetivas que su fundamentalismo rabioso y su obcecada pasión por la dictadura de Fidel Castro y el poder que detentan dentro de ella algunos amigos suyos. Nunca he puesto en venta ni mis principios ni mis ideales. Simplemente creo que ser fidelista a estas alturas equivale a haber sido batistiano en La Habana de los años cincuenta o trujillista en el Santo Domingo de los sesenta.
Entre las infinitas carencias que sufren los cubanos que viven dentro de Cuba, hay una que es la más vergonzosa de todas: la falta absoluta de libertad. Nadie me hará callar hasta que eso no cambie. José Antonio Rodríguez no sólo escribe mal, también lee mal. En mi texto en ningún momento llamo fósil a Víctor Víctor, a quien respeto muchísimo como creador y quiero como individuo (no puedo decir lo mismo de Rodríguez, en ninguna de las dos cosas).
Simplemente no comparto con Vitico sus nostalgias por una revolución que hace rato se transfiguró en un penoso estado totalitario. Me alegra parecerle una persona non grata al publicista y empresario, eso eleva mi autoestima, me hace creerme una mejor persona. A mí, en cambio, lo que no me es grato es escuchar las canciones de Silvio Rodríguez y Joan Manuel Serrat a través de intermediarios. Conservo todas sus obras y las oigo casi a diario.
Valoro demasiado la originalidad como para perder mi vínculo con ella. De manera muy oportunista, Rodríguez me acusa de atacar a la bachata, lo cual tampoco hago. Por eso le pido que se tome el trabajo de buscar todos los textos que he publicado defendiendo a ese género que, apuesto lo que sea, él no consume (salvo que se trate de un espectáculo que le ofrezca grandes dividendos).
Si no los encuentra, puede pedírselos al propio Vitico, quien colaboró conmigo en todo un dossier que Pasiones le dedicó a esa esencia de la identidad dominicana. No recuerdo deberle ningún favor a Rodríguez. Ni yo, ni mi familia. No sé por qué se incluye en una lista de gente que sí me ayudó muchísimo y de las que sí estaré agradecido por siempre. Hasta donde sé, cada vez que hemos coincidido, él sólo ha sabido ejercer el rol de empresario capitalista con marcados intereses pecuniarios; muy divorciados, por cierto, del revolucionario que preconiza.
Nadie, y muchos menos José Antonio Rodríguez, me puede quitar lo que ya República Dominicana me ha dado. A este país le debo, incluso, mucho más de lo que el mío pudo darme. Todo lo que he logrado aquí ha sido de una manera honesta y trabajando duro. Mi nombre nunca ha estado ligado, por ejemplo, a un desfalco bancario o a una evasión de impuestos.
He cumplido todos mis compromisos como ciudadano y República Dominicana me ha retribuido justo lo que merecía por ello. Participar de una democracia también me ha permitido aprender a decir lo que pienso, a tiempo y sonriente, sin que por ello tenga que ir a la cárcel o huir. Sin embargo, reacciones como la de Rodríguez me recuerden que, aún dentro de un país libre, nunca se está del todo a salvo del totalitarismo y la mezquindad.
La única esperanza que tengo, José Antonio Rodríguez, es que cuando Cuba sea libre y salgan a la luz pública todos los horrores y espantos que viven los cubanos hoy, pidas disculpas por haber apoyado a la dictadura que le infligió tanto dolor y desesperanza. Dejo eso en tu mesita de noche, para ver si al menos en sueños llega a tu conciencia.
A continuación la carta enviada por José Antonio Rodríguez al semanario Clave. Se ha respetado la ortografía y la sintaxis original del documento:
Respuesta a un artículo de Camilo Venegas
Quiero expresar mi profunda sensación de impotencia al leer el texto Fósiles, nostalgia, de Camilo Venegas, publicado en Clave, el jueves 11 de septiembre. En otras ocasiones he sentido deseos de ponerlo al descubierto y desnudar su cobardía. El “fósil” a quien hace alusión fue y ha sido un artista que dejó sus sueños de fama y fortuna para peinar la geografía nacional en momentos en que un gobierno hacía de las suyas para hacer valer su poderío injusto y despiadado. Ese “fósil” nunca salió de esta tierra tanto no se respetaron en el país las ideas que todavía le sirven de norte y con las que muchos de nosotros coincidimos. El “fósil” tiene uno de los repertorios más auténticos, basado en sus creaciones y apoyado en uno de nuestros ritmos insignia, la bachata, a la que, en cierta forma, denigra como si conociera su procedencia o como si tuviera el permiso de acusarla de avejentada. El “fósil” fue, al igual que yo, Freddy Ginebra y otros muchos, uno de los que le dieron la acogida en esta tierra, aun conociendo la venta que hizo de sus ideales y principios. Por si se siente cómodo, el señor Venegas puede ampliar su lista de “fósiles” con mi nombre, yo por mi parte colocaré su nombre en la lista de dominicanos que, sin esperar una orden gubernamental, le declaramos persona no grata en esta tierra solidaria y abierta. Por otro lado; Danny Rivera ha hecho por esta tierra tantas cosas positivas que lo consideramos uno de los nuestros por lo que, “sus cancioncitas”, como el señor. Venegas, tiene el peso de la voz de un hermano que se ha ganado el corazón de todos también defendiendo principios de justicia e igualdad. ¿Sabrá él de que hablo? Lo dudo. Quería expresar todas estas cosas por encontrar necesario que se lea otra verdad, la que enarbola todo un pueblo. José Antonio Rodríguez
28 comentarios:
Te escribo principalmente, para darte ánimos, y no por que yo crea que los necesites.
Lo hago por mi, por que quiero hacerte saber que hay dominicanos que no te conocemos personalmente y que sin embargo, te respetamos como persona y como escritor.
Me sorprendió mucho y de mal gusto, que un empresario se anime a hacerte llamar persona non grata. Creo como dices, que lee mal, por que queda muy claro, cuando te refieres a Victor Victor, que lo respetas; queda muy claro también lo mucho que aprecias los símbolos y valores culturales dominicanos, como son la Bachata y el baseball, cuando hablaste en tu blog de que "el Teatro nacional se vistió de pueblo" en aquel espectáculo de Bachata, dado hace un tiempo.
Creo que una nadie puede ser considerado persona non grata en un país libre por dar su opinión, y mucho menos cuando esa opinion es proclamada bajo el respeto, y proclamada con fundamento y argumento, como lo haces tu, habiendo pasado una gran parte de tu vida en Cuba.
Espero que sigas proclamando tus ideas, que invitan al dialogo y a la irreflexión.
Un fuerte saludo.
Te apoyo, Camilo... tantas veces he vivido cosas similares con los "revolucionarios" mexicanos... Una cosa me parece puntual: que ser fidelista ahora es como haber sido batistiano a finales de los 50. Es exacto.
Un abrazo.
BRAVO, BIEN DICHO. Siempre me han resultado sospechosos de inconsecuencia ideológica, quienes aplauden la dictadura de castro y se autoproclamaron públicamente después de 1961 como antitrujillistas. La inconsecuencia ideológica puede desbarrancarse en atolladeros tales como este que bien señalas: compartir la vida de un empresario capitalista con los subtítulos ideológicos del castrismo. Es aberrante que individuos que, de acuerdo a las categorías marxistas, no pertenecen ni por asomo a la clase obrera o campesina, y que son capitalistas por el modo y proporción en que se apropian de los medios de producción, se desordenen de tal modo ante la fantasía de “la revolución”, la misma que borró en Cuba esa clase social capitalista a la que ahora pertenecen.
Claro, que con sus propiedades a buen recaudo, lejos de las nacionalizaciones y expropiaciones que asolaron la mayor de las Antillas, impermeables a la voracidad del régimen cubano que abolió la propiedad privada desde hace casi cinco décadas, y protegidos por la democracia dominicana, donde no es la norma que se encarcele impúdicamente a quienes manifiestan públicamente sus ideas, se puede ser y decir cualquier cosa.
Siempre me pregunto, por qué estas personas no se han establecido con sus negocios en aquella isla que tanta ilusión ideológica les hace. Y la respuesta que me doy es siempre la misma: porque aman su capital, porque aman multiplicarlo a través de la plusvalía que les produce importar mano de obra altamente calificada y no siempre justamente remunerada proveniente de Cuba, y porque aman la libertad y la democracia igualito que los cubanos.
Felicidades por este artículo.
Camilo........publique tu carta en mi BlOGARIAS, con tu permiso.
Yo era de los que apoyaba en mi buena fe a los "revolucionarios" de Colegio Loyola y Casa de Campo. Aqui hay una casta que vive de la progresía.
A esta sociedad le falta todo, empezando por el todo..pero yo puedo expresarme libremente sin que nadie me diga nada.
Abrazos. José Arias
http://www.paisdeficcion.blogspot.com
Aunque no te conozco personalmente siempre leo tus articulos,te considero honesto y sincero en lo que escribes, te felicito y continua, lo otro dejaselo de tarea a ese Sr.
Saludos
Pituka
Asunto: besos!!!
Siempre, siempre te recuerdo.
Un gran abrazo a mi escritor, maestro, jefe e hijo e puta favorito. (Diablo, que lambona)
Coño Brother esto te quedo espectacular, muchas felicidades, esto es un fuera de combate.
camilo, no tengo ni la menor idea de quien es el personaje y como te ataco. pero como si conozco tu entereza y dignidad, siempre tendras mi solidaridad.
Cuidate mi hermanito, tengo miedo que paguen por hacerte daño. No tienes el armamento, salvo la palabra, para echar una guerra. Sólo eso, cuidate mucho. Te quiere, tu hermano.
Muy buen analisis, ahora no tengo idea de quien es este señor; solo sugerirte que te cuides de este tipo de persona que solo quiere o desea a travez de su influencia y capacidad expresiva ($$$$$), lograr sus objetivos, haciendo daño a quien lucha por un ideal.
mediocres como jose antonio rodríguez hay millones. no sé cómo no les da vergüenza exibir su doble moral con tanto descaro. apoya a cuba pero aqui no se junta con los revolucionarios ni con el pueblo sino con ramoncito baez y los burgueses que lo mantienen.
Coincido plenamente con á,tienes que cuidarte,de personas sin moral está hecho este mundo,capaces cuando se sienten acorralados de llegar a lo insospechado,tú sólo tienes como arma el uso impecable que haces del verbo.Un abrazo.
¿Quién es José Antonio Rodrígez?
¡Genial!
Genial, Camilo, es justo lo que muchos de nosotros siente deseos de decir cada vez que se tropieza con uno de esos oportunistas. Jose Antonio Rodríguez es un mediocre, pero hay otros muy talentosos que me apena viéndolos defendiendo a esa dictadura paupérrima
Te admiro mucho un abrazo y un beso.
Desde aquí te doy un aplauso un abrazo y un beso por tu valentía y por esa capacidad única que tienes para decir lo que uno siempre quiere decir y no le sale.
En vez de insultar a su propia inteligencia con ese discursito que ni el propio Jose Antonio se cree deberia contar a los lectores de Clave lo de la maleta de cortes de carne argentina que le llevo a Silvio Rodriguez para La Habana. Dicen que cuando alrededor de barbecue cantaban a coro viva el harapo señor y la mesa sin mantel. Lo curioso del caso es que en Cuba el que sea sorprendido con carne de res en una maleta va preso cinco años es decir que José Antonio le debe cinco años a la justicia cubana.
Camilo he googleado al José Antonio Rodríguez ese y lo que me aparece es un cantante flamenco. No es ese, ¿verdad? ¿Quién coño es José Antonio Rodríguez asere?
Por favor, paren esto ya. Todos los que querían decir esas cosas podían haberlo hecho y no lo hicieron, no cojan a Camilo de punta de lanza.
¿Pero ese tipo se hizo esa foto en serio? No me lo puedo creer.
¿¿¿¿¿¿¿¿quien es josé antonio rodríguez????????? alguien me puede hacer el puto favor de decirme. el google no aparece, no entiendo por qué camilo le tiene que estar respondiendo a un tipo que no aparece en google. si no está en google no existe. punto.
Camilo siempre te leo y te tengo en mis favoritos sobre Cuba pero esto no me ha gustado nada creo que debes seguir haciendo literatura o hablar de los temas de cuba entre cubanos. ¿quien es joseantonio rodriguez, por dios? no te desgastes con esos mediocres que el tiempo borrara por si solos. ¿quien oye a JAR en este pais, por dios? ni el se oye, tanto es asi que como tu bien dices lo unico que sabe hacer es imitar a silvio y a serrat.
Te apoyo, Camilo, estoy en contra de cualquier actitud zenófoga y este es el caso. Pero creo que debes dejar esto en este punto y no responder ni una provocación más de José Antonio. Sus argumentos se caen por su propio peso. Deja que él se convierta en su propio enemigo, su carta a Clave hablaba más mal de él que de ti. No te involucres en careos que no están a tu altura.
Este José Antonio Rodríguez es el mismo revolucionario que participa en parrilladas en la casa de Silvio Rodríguez, quien personalmente lo recoge en el Aeropuerto José Martí junto a sus amigos y una maleta con cortes de carne llevada especialmente desde Santo Domingo para la ocasión.
El que seamos inmigrantes no nos quita el derecho de expresarnos y criticar lo que nos parezca incorrecto. Viví muchos años en RD y se la clase de revolucionario que es el Sr. José Antonio Méndez, de cafetín con puro en boca y cognac en mano. Siempre presto a defender el manicomio cubano desde las alturas... a mil kilómetros del armario y del refrigerador de nuestro pueblo. Ojalá lo encuentre nuevamente por la Casa de Teatro, para decírselo de frente.
¿Y no había una promesa de dejar esto ya?
Camilito, qué pena que no quieras poner los comentarios que no te complacen. Eso es para que veas que todos, aun desde nuestra propia pequeñez, somos el tiramo de cuya denuncia llegamos a hacer carrera. Yo no sólo leí ese articulito, sino que lo recorté y lo conservo como retal de lo que no debe hacerse en periodismo ni en nada. Yo soy el cubano que te puso un comentario que no quisiste aprobar, como era lógico. Me impresiona que José Antonio Rodríguez coincida casi punto por punto con lo que te puse en aquella ocasión, y debes creerme que no pudo de ninguna manera conocerlo. Siento el mismo disgusto por ese personaje, y tu respuesta es brillante, pero entre tú y yo, sí atacaste a Vitico, como lo llamas usando un contraste de pura retórica. Y te repito, el artículo era malo, un error, no en lo referente a los espías y a la convocatoria de laúdes y címbalos en honor a un reino en estertores, pero sí cuando estableces, queriendo o no, una crítica paralela que podrías haber manejado mejor, sin dudas. Si te place, podemos hablar. Tenemos mucho en común, poeta.
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