Encuentro en la Red acaba de publicar “Las cuentas malas”, un excelente artículo donde Rebeca Montero cita algunos ejemplos que demuestran la perversa manía de Fidel Castro por falsear cifras a su favor. “Las malas cuentas son como las malas compañías: pervierten el entendimiento”, comienza diciendo Rebeca.
En su edición de hoy, el diario Granma por fin publica la “Información oficial de datos preliminares sobre los daños ocasionados por los huracanes Gustav e Ike”. Más allá de las manipulaciones que puedan tener esas cifras, dejan en claro la dimensión de la catástrofe. Desde un extremo hasta el otro, la Isla ha sido devastada.
Además de “Las malas cuentas” que Rebeca Montero ha traído a cuento, hay otra pendiente: la de los daños ocasionados económica y socialmente por el huracán Fidel a lo largo de un interminable medio siglo. Sólo un ejemplo. Gustav e Ike derrubaron 63 mil 249 viviendas y dejaron más de 444 mil sin techo o con daños severos.
La inmensa mayoría de ellas ya formaban parte del patrimonio que el gobierno revolucionario heredó en 1959. ¿Cuántas de esas casas deberían contársele también a Fidel? ¿A qué ciclón se debería cargar el estado precario en que se encontraban todas las infraestructuras del país?
Como en aquel cuadro de Dalí donde una niña levanta el océano como si fuera una sábana, Gustav e Ike sólo quitaron la piel de la Isla para que todos se enteraran de lo que en verdad había ahí adentro.
En su edición de hoy, el diario Granma por fin publica la “Información oficial de datos preliminares sobre los daños ocasionados por los huracanes Gustav e Ike”. Más allá de las manipulaciones que puedan tener esas cifras, dejan en claro la dimensión de la catástrofe. Desde un extremo hasta el otro, la Isla ha sido devastada.
Además de “Las malas cuentas” que Rebeca Montero ha traído a cuento, hay otra pendiente: la de los daños ocasionados económica y socialmente por el huracán Fidel a lo largo de un interminable medio siglo. Sólo un ejemplo. Gustav e Ike derrubaron 63 mil 249 viviendas y dejaron más de 444 mil sin techo o con daños severos.
La inmensa mayoría de ellas ya formaban parte del patrimonio que el gobierno revolucionario heredó en 1959. ¿Cuántas de esas casas deberían contársele también a Fidel? ¿A qué ciclón se debería cargar el estado precario en que se encontraban todas las infraestructuras del país?
Como en aquel cuadro de Dalí donde una niña levanta el océano como si fuera una sábana, Gustav e Ike sólo quitaron la piel de la Isla para que todos se enteraran de lo que en verdad había ahí adentro.
3 comentarios:
hay una pa;abra frances a la que no le encuentro dimension ni en ingles ni en espannol, fleau, algo mas que un cataclismo.
siempre dije que castro habia sido el fleau de cuba. tomo a una isla prospera, y camino de prosperar mas aun y la acabo.
dios quiera, y asi le rezo, que este sea el punto final del castro fleau.
pero el fleau se llevo mi vida entera, sabes? recuerdo poquisimo de la cuba antes del fleau, y lo recuerdo como se recuerda un suenno, no es una memoria muy real, o como se imaginan los sitios descritos en los poemas.
Ahora sí diste en el clavo. Besos,
Como expresa blanca, en Frances fleau. Pero quisiera decir que el equivalente en Ingles me es mas grato al oido, Bane. SI les gusta la fantasia, sabran lo que es "Isildur's bane" o "The Bane Of Durin"
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