12 julio 2021

11 de julio de 2021


La inmensa mayoría de los cubanos que se lanzaron a las calles ayer, no habían nacido cuando se cayó el Muro de Berlín. No conocieron la épica de la revolución, ni los años de bonanza por los subsidios soviéticos. Las canciones del Silvio para ellos hablan de un pasado remoto, como las de Compay Segundo.
Les tocó nacer en un país en ruinas y se criaron en la precariedad. Pero, a diferencia de sus padres, no están dispuestos a ser sobrevivientes por el resto de sus vidas. Quieren un futuro, tanto para ellos como para sus hijos. Por eso, tarde o temprano, ese estallido contra el inmovilismo acabaría ocurriendo. 
Los gritos de libertad llegaron por San Antonio de los Baños y se extendieron a toda la isla de manera espontánea. No hubo un líder, nadie dio una sola orden. La falta de esperanza los acabó esperanzando a todos. La dictadura ya había perdido los símbolos, ayer perdió al pueblo.

1 comentario:

Lázaro Isaac dijo...

Demasiados años de pasividad. Parece que al fin va a ocurrir algo. Ojalá, como aquella vieja cancion, ...para no verte tanto....