El primer trago de un nuevo ron de Brugal siempre es para mí una fiesta innombrable, para decirlo a la manera de Lezama. Doble Reserva es una mezcla de envejecidos en barricas de bourbon y de vino de Jerez. Tiene lo mejor de dos mundos y la esencia de un país en el que he vivido ya casi la mitad de mi vida.
El ron dominicano, a diferencia del cubano, no contiene aguardiente. Brugal destila a tres columnas hasta lograr el corazón más puro del alcohol. Luego le añade agua de manantial de las montañas de Puerto Plata y lo envejece en barricas de roble americano o europeo que seleccionan cuidadosamente.
Incluso los rones blancos de Brugal son envejecidos en barricas por un año. El clima único de la Novia del Atlántico, donde los vientos alisios al chocar con la cordillera Septentrional provocan lluvias durante todo el año, hace que el proceso de envejecimiento se acelere por las altas temperaturas y la elevada humedad.
Cuando uno visita las bodegas de Brugal en Puerto Plata, puede respirar ese aroma único que sale de las barricas. Eso fue lo primero que recordé en cuanto abrí mi primera botella de Brugal Doble Reserva. ¡Nunca me han faltado razones para brindar por República Dominicana y su gente!
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