Amigos que producen televisión, en Santo Domingo y Miami, me han invitado a participar en programas sobre las elecciones en Estados Unidos. Me he excusado con todos más o menos con las mismas palabras. Cuando se trate de Cuba, les he dicho, cuenten conmigo.
Eso no quiere decir que no tenga una opinión al respecto. Pero ya he tenido suficiente con los dimes y diretes, las peleas y los insultos que he visto a diario en las redes sociales. Tengo a muchos amigos tanto de un bando como del otro. Si tuviera que discutir con alguno de ellos, quisiera que fuera sobre otros temas.
El mundo que vivimos a menudo me hace recordar los finales de los años 80. Nunca he vuelto a ser tan optimista como en aquellos meses. Los regímenes del campo socialista iban cayendo, uno a uno, y muchos estábamos seguros de que Cuba, sin la manutención soviética, también acabaría cambiando.
Pero ni la historia se acabó, como había vaticinado Fukuyama, ni los cubanos pudimos librarnos de ese destino totalitario y empobrecedor que empujó a tantos al exilio (la actriz Isabel Santos dice que tiene una libreta de teléfonos llena de números a los que no puede llamar, porque todos se han ido).
Me ha costado mucho reconstruir el país de mis afinidades del otro lado. Recuperar un grupo de amigos, aunque sea en las redes sociales, para hablar de los temas que me apasionan, ha sido una tarea ardua que me ha consumido muchísimo tiempo. No me interesa desbaratar todo eso por Trump o Biden.
Repito, tengo mi opinión al respecto, pero yo ni siquiera voto. Sea quien sea el presidente de Estados Unidos en los próximos cuatro años, quisiera seguir compartiendo y queriendo a esos amigos que ahora están enfrascados en dimes y diretes, peleas e insultos.
Cuando se trate de hablar de Cuba, puedes contar conmigo, le respondí a Groy Pereira (uno de los que me invitó). En ese tema, en el que nos va la vida a todos, sí me involucro cueste lo que me cueste. No pierdo la esperanza de volverme a sentir como el jovencito de finales de los años 80.
Tarde o temprano, ese día acabará llegando.
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