02 junio 2016

Canción mixteca

Mientras Ry Cooder
tocaba al final
de la tarde desierta,
el silencio
decidió regresar
a Houston.
Dobló,
como le pediste,
a la izquierda
(128 millas,
decía la señal),
y se perdió
por ese raro
amarillo
que simula
al polvo
en el Technicolor.

Mientras Ry Cooder
tocaba ya
las cuerdas de la noche,
nosotros también
decidimos
volver a la cama.
Eso es lo peor
de las películas,
nunca puedes
quedarte
a vivir dentro de ellas.

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