Obra de Camilo Villalvilla. |
No basta con morirte de
una carcajada,
de cara al sol
o con los ojos vendados,
de espaldas
a la interminable noche de
un muro.
No basta con darte por
vencido
justo en medio del océano
y lanzar
lo que queda de ti
por la borda.
No basta con saber intuir
los pasos a ciegas
de los antiguos danzones,
tampoco aprender a vivir
sin antepasados
ni personas que sean
capaces
de reconocer tu rostro
y llamarte por tu nombre.
y llamarte por tu nombre.
No es suficiente con echarle
de menos
a un país en el que en
realidad
nunca llegaste a vivir.
Ser cubano es estar siempre
listo
para que aparezca alguien
con un rencor más viejo que el tuyo.
con un rencor más viejo que el tuyo.
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