De todas las escuelas donde estuve, la más entrañable para mí sigue siendo la Conrado Benítez del Paradero de Camarones. Es por eso que hace poco me di a la tarea de recuperar los nombres y apellidos de todos los que compartimos aquellas pequeñas aulas con viejísimos pupitres.
Poco a poco y gracias a las redes sociales, he ido reencontrándome con muchos de ellos. Con su ayuda, rehicimos la lista de principio a fin. Cuando leo sus nombres, escucho perfectamente las voces de Gustavo y Yayita pronunciándolos. Ellos fueron nuestros maestros en cuarto, quinto y sexto, esos cursos decisivos.
Llegué al Paradero de Camarones en el verano de 1974, cuando mis padres se divorciaron (es falso que nací allí. En verdad vine al mundo en la Clínica del Maestro de Santa Clara y viví en Manicaragua hasta los 6 años). En 1979 me fui a la escuela al campo de El Nicho, en el Escambray.
Si esos cinco años fueron tan decisivos en mi vida y en quien soy, se debe en parte a los nombres que aparecerán a continuación. Siempre les envidié el hecho de que fueran de verdad del Paradero de Camarones y ese sentimiento me llevó a tener que mentir en mi biografía:
Rigoberto Aguiar, Vivian Águila, Marta Águila, Rita Calvo, Hilda María Capote, Idania Carballosa, María Victoria De La Rosa, Elizabeth Díaz, Diego Fleites, Leonardo Fleites, Alberto Gómez, Gerardo Gómez, Venancio González, Daniel González, Carlos Guedes, Orlando Guedes, Georgina Hernández, Moraima Leyva, Alina Melián, Javier Meneses, Alberto Migollo, Aymée Monzón, Rolando Monzón, Gladys Ortega, Idalberto Ortega, Paulín Ortiz, Aldo Pérez, Odalis Pérez, Adalio Pis, Miriam Pis, María Isabel Pérez, Yolanda Quintana, Osley Santa Teresa, William Sotolongo, Marlene Valdivia y Camilo Venegas.
A todos llegue un abrazo del último de la lista.
No hay comentarios:
Publicar un comentario