13 enero 2018

Reacciones desde un país de mierda

Ilustración de Alen Lauzán.
La inmensa mayoría de los cubanos actuales hemos sido víctimas, de una manera o de otra, de esa gran tragedia que ha sido para nuestro país 60 años de totalitarismo. Eso ha hecho que casi todos seamos seres binarios, incapaces de reconocer la diversidad y de interpretar algo si no es a través de polos opuestos. Vemos todo en blanco o negro, sin una pintica de gris. Se está en un extremo o en el otro. Nos resulta inconcebible que existan más de dos opciones.
La infinidad de justificaciones que he leído de las vergonzosas expresiones racistas de Donald Trump, me producen aún más vergüenza (y no puedo entenderlas como ajenas, viniendo de cubanos). Me parece inaceptable la idea de que para poder adversar a la dictadura que nos ha sumido en el oprobio se tenga que simpatizar con un asno con moña.
Tampoco acepto la idea de que si no se le justifica, se es comunista o cuando menos demócrata. ¿Acaso no ven que es un animal con ropa, un ser sencillamente despreciable? Siento un respeto inmenso por los cubanos que mantienen un activismo contra la dictadura de Raúl Castro dentro de mi país, pero no puedo tragarme los elogios y las guataconerías de algunos de ellos con el patán que hay en la Casa Blanca.
Insisto, no me considero de izquierda y el partido Demócrata de Estados Unidos me es tan ajeno como el Frente para la Democracia de Burundi. Solo sigo estando del lado de la especie humana, por eso tengo que admitir que en Estados Unidos hay una bestia en el lugar donde debía haber un presidente.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Directo y al punto. No podría estar más de acuerdo con este análisis.

Anónimo dijo...

Más claro ni el agua