Gracias a un viejo jeep soviético, el que tiraba del carretón con las cenizas
de Fidel Castro, se pudo apreciar en su justa dimensión el legado de ruinas que
dejó el dictador. A lo largo de toda la Carretera Central, pueblo tras pueblo,
una isla paralizada fue desfilando ante las cámaras.
Si
se comparan las fotos del funeral con las de la “caravana de la victoria”, en
1959, se notarán muy pocas diferencias. Nada parece haber cambiado desde
entonces, salvo el modelo del jeep (que entonces era un Willy’s nuevo) y la
euforia de la gente llena que había empeñado todas sus esperanzas en lo por
venir.
A
mediados de la década de los 90 del siglo pasado, cuando Cuba perdió los
subsidios de la Unión Soviética y tuvo que enfrentar una devastadora crisis, el
régimen destinó una gran parte de sus recursos a escarbar en Bolivia. No
descansaron hasta encontrar, según ellos, los restos del Che Guevara y sus
seguidores en la fracasada guerrilla.
Ahora,
que otra vez el país perdió la ayuda extranjera que lo mantenía, su dirigencia
optó por volver a reunir restos. Los despojos de la antigua tropa de Raúl
Castro son los que acompañan en estos días al anciano general. Mientras, los
cubanos que aún respiran no saben qué hace con sus vidas.
Cuando la gente se despedía del búcaro con flores que mostraron en lugar del cuerpo de Fidel Castro, también saludaban a todo lo que les deparaba el futuro. En Cuba, el país donde solo los muertos se mueven, nada ni nadie escapa a la influencia de ese montón de huesos, cenizas y rituales mortuorios.
Cuando la gente se despedía del búcaro con flores que mostraron en lugar del cuerpo de Fidel Castro, también saludaban a todo lo que les deparaba el futuro. En Cuba, el país donde solo los muertos se mueven, nada ni nadie escapa a la influencia de ese montón de huesos, cenizas y rituales mortuorios.
3 comentarios:
Qué bueno que volvió El Fogonero!!!!!!!!
APRETASTE, GUAJIRO, TE QUEDO BORDADO ESTO.
Triste realidad esa herencia.
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