Tienes
razón,
algún
recuerdo
tuvimos
que
dejar
en
el agua
cuando
2011
nos
daba
por
el cuello
y
septiembre
era
el único lugar
donde
podíamos
refugiarnos.
Tienes
razón
en
eso,
somos
nosotros
los
que vamos
perdiendo
el
rastro.
Por
eso quiero
que
nos
hundamos
en
2018
aunque
no
logremos
dar
pie.
A
fin de cuentas,
todo
lo que
esperábamos
de
enero
ya
sucedió.
Ahora
nos queda
el
resto del año
para
encontrar
la
huella
que
dejamos
en
un río
que
solo volverá
a
existir
si
regresamos.
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