En esa casa vivía mi tía Alicia Gallart. Está en la calle Oriente, en
Manicaragua, un pueblo que fue perdiendo cada una de sus maravillas. Alicia era
sobrina de mi abuela Atlántida, pero sus hijas Alla, Mermo y Milvia son como
hermanas para mi madre. Esa fue la razón por la que Dalgis y Milvis se
convirtieron en primas primeras.
Ese portal vacío está lleno de recuerdos fijos, de esos que te
vienen a la cabeza sin pedir permiso, el día menos pensado. Allí los
adolescentes que fuimos encontramos el espacio ideal para tratar de explicarnos
el mundo (en aquel entonces no tenía muro ni puerta).
Estaba tan desolado que no me atreví a entrar. Para poder hacerlo
necesitaba la compañía de Dalgis, Osbel, Fernandito, Belkis y Gustavito. Sin ellos, todo eso no es más que una preciosa casa en ruinas. Tampoco tenía
sentido pasar si adentro no me esperaba Alicia, con su abrazo de lleno de
palabras cariñosas, colonia y talco.
Hablo de la época en que un cubano acababa de llegar al cosmos. Lo
poco que sabíamos del mundo exterior, lo decían las canciones que bailábamos en el Dancing Light Baikonur. Manicaragua era un pueblo perdido en una esquina de un
sistema montañoso. Para nosotros, en cambio, era el centro del universo.
Cuando uno empieza a envejecer, logra muchas de las cosas con las que soñaba de adolescente. Pero entonces cae en cuenta de que no puede compartirlas con los que provocaron ese anhelo.
Parado frente a esa casa, con el peso de su silencio encima, esa frustración se me hizo mucho, muchísimo más grande.
Cuando uno empieza a envejecer, logra muchas de las cosas con las que soñaba de adolescente. Pero entonces cae en cuenta de que no puede compartirlas con los que provocaron ese anhelo.
Parado frente a esa casa, con el peso de su silencio encima, esa frustración se me hizo mucho, muchísimo más grande.
5 comentarios:
A mi me deja muy triste, pero trataré de crecer un poquito.
Buen finde,
Vero
El ultimo parrafo te salio del alma. Le has puesto palabras a una conclusion que muchos medio tiempos como nosotros experimentamos cada dia.
Saludos de un coterraneo.
Ese final Camilo ese final... A veces tengo la impresion de que tu escribes con dos agujas de tejer y no con el teclado de la computadora.
UNA PREGUNTA, ESA PRIMA MILVIS QUE TU MENCIONAS ES LA QUE ESTUDIO ACTUACION EN EL ISA?????
Genial
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