Conocí a Félix Masud hace ya algunos años, en un viaje desde
El Vedado hasta Cienfuegos. Durante casi todo el trayecto hablamos de Grandes
Ligas. En ese entonces aún yo vivía en Cuba y apenas tenía acceso a las
noticias del Big Show. Gracias a aquella conversación, puede enterarme de las
hazañas de Ken Griffey Jr. y de otros dioses del mejor béisbol del mundo.
Si mal no recuerdo, esa noche fuimos al 5 de Septiembre a
ver un juego de Cienfuegos contra Pinar del Río. En aquel entonces los Elefantes
aún eran los Camaroneros. Faltaba mucho para que se convirtieran en esa poderosa
manada que hoy me llena de orgullo. Ahora que lo pienso, esa fue la última vez
que fui al estadio de mi provincia.
Nunca más supe de Félix Masud hasta hoy, que le veo en una
noticia en Granma. El académico norteamericano, dice la nota del diario oficial
del régimen, prefirió no participar en un foro internacional en Cuba, debido a
las degradantes regulaciones que le impusieron en su país para poder viajar a
la Isla.
Si hay algo degradante, verdaderamente degradante, Félix,
son las regulaciones migratorias que le
impone el gobierno de Cuba a tus compatriotas (y no me refiero a los
estadounidenses, obviamente). Nadie ha sido más vejado en un consulado que un
cubano en cualquiera de esas oficinas donde ondea la bandera de su propio país.
Te envidio esa libertad que disfrutas como norteamericano de
entrar y salir de ese país cada vez que quieras. Los cubanos, en cambio,
estamos privados de ese derecho (que es es mucho más sagrado que el que tú
defiendes ahora). Antes de exigirle a cualquier nación que deje viajar a sus
ciudadanos a Cuba, primero hay que exigirle a Cuba el derecho que tienen todos
los cubanos de volver a su patria cada vez que quieran.
Si alguna vez volvemos a
coincidir, ya podremos hablar de Grandes Ligas en igualdad de condiciones. Hace
10 años que vivo en República Dominicana. Aquí a nadie se le ha ocurrido nunca
prohibirle a la gente el mejor espectáculo posible de su deporte nacional. Por cierto, como sé que eres de los Medias Blancas de Chicago, ¿qué te
parece Alexei Ramírez?
2 comentarios:
Y la Realidad se vuelve a imponer, puede no solo protestar en su renuncia de visitar la Isla, al menos el puede hacerlo, a donde iría un cubano residente en cualquier parte del mundo cuando le niegan la entrada a la Isla,muy bien dicho CAmilo. un saludo
"Nadie ha sido más vejado en un consulado que un cubano en cualquiera de esas oficinas donde ondea la bandera de su propio país."
Una verdad como una catedral. Tremendo post!
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