El último chiste que circula en La Habana va después de dos signos de interrogación: “Aquí lo único que mejora es el Comandante”. Esa frase es, en verdad, la noticia más fácil de comprobar entre todas lo que se difunden a través de televisoras, periódicos, blogs, Facebook y Twitter. Cuba, más que un país, es una porción de ruinas rodeada de dudas por todas partes.
De ahí que Fidel, al incorporarse lentamente y echarse a andar, prefiera fijar la mirada en Irán, en Colombia o en cualquier otra parte donde no se vean las calamidades de su Estado. Llama la atención que el mismo individuo que siguió hasta el más mínimo detalle un proceso de repartición de ollas, ahora no quiera preguntarse qué cocinan sus compatriotas en ellas.
Fidel sabe que a sus espaldas tiene una nación inviable y, lo que es peor, incorregible. En sus manos están todas las cifras, pocos como él tienen una idea tan precisa de la catástrofe. Como si eso fuera poco, en Banes, a muy pocos kilómetros de su natal Birán, una cubana insurrecta ha cargado contra su dictadura.
Reina Luisa Tamayo no tiene tropas ni machetes, su única arma es el dolor de madre. ¿Cómo se combate contra eso?, debe preguntarse todos los días el experto guerrillero. Eso también explica por qué prefiere seguir mirando hacia Teherán. Allá nadie habla de ella.
1 comentario:
Me gusta esa forma tuya de hacer de la noticia el desparpajo, sobre las cuentas que conoce el tiranosaurio, y lo que sabe es real, viejo perdido en su laberinto....pero es cierto, alejar la vista del problema central es su oficio, o por lo ...menos siempre es maestro.
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