Carlos Pintado solo sueña que es Walt Whitman
y se pierde al final de cada viaje,
Juan Carlos Recio se construye un verano
en las más frías noches de Nueva York,
Odette Alonso se queja del teléfono de su madre
(nunca suena cuando en México D.F.
la neblina del ayer lo cubre todo),
Salvador Lemis huyó a una isla
que está dentro de un lago
que está dentro de una nube,
Sonia Díaz Corrales busca el olor a café
del otro lado de la tarde,
Eloy Ganuza se disfrazó de Buster Keaton
del otro lado de la tarde,
Eloy Ganuza se disfrazó de Buster Keaton
y desde entonces solo habla de la tristeza,
Margarita García Alonso me espera
en una estación de trenes en el Canal de la Mancha…
Hace años que no los veo,
ni siquiera sé qué tanto recuerdan
lo que yo ya he olvidado.
Pero oírlos decir esas cosas
en un muro
que ninguno se atreve a tocar,
me lleva de regreso a la tarde
en que no fuimos capaces de decir adiós
ni de entender el significado real de la despedida.
Borges tenía toda la razón:
No hay otros paraísos que los paraísos perdidos.
15 comentarios:
Ya veo en lo que te entretienes cuando tienes tantas cosas que hacer... Has elegido bien: lo primero siempre deben ser los amigos y la poesía. Un abrazo enorme, mi niño.
Buena razón para escribir desde el reencuentro posible, un abrazo
Este sí me gustó, Camilo. Saludos...
"Salvador Lemis huyó a una isla
que está dentro de un lago
que está dentro de una nube,..."
TE QUIERO.
PER AETERNUM...
LEMIS
muy bien Camilo, está tu sentido de entender y a-guardar a los amigos.
Ya empezaste. Escribiste una guanajá en tu muro. Lo demás viene solo.
Que cosa tan linda Camilo, como escribes de bien!
Vas bien, Camilo, vas bien. La frase pega, saludos.
Querido Camilo:
La desmemoria confunde, la desmemoria, el olvido no, que es otra cosa.
Puede que en verdad Margarita sueñe ser Whitman, y Carlos sea el que se queja de la neblina que lo cubre todo en los teléfonos del mundo, puede que Eloy y Juan Carlos invoquen a Keaton para hablar los tres, definitivamente, de la tristeza. Y que en verdad Odette construya veranos con todas las noches frías, y los días, y la sucesión de ambos. Puede que en verdad del otro lado de la tarde, yo estoy tomando un café antes de asistir al milagro: nos has convocado en el nombre de Borges, en nombre del paraíso. Así que si tu tren pasa alguna vez por esa estación del Canal de la Mancha, si cuando mires por la ventana ves una isla, la de Salvador, la que está dentro de un lago, que está dentro de una nube, no sigas el viaje, baja Camilo, que quizás allí habrá un paraíso recobrado, y seguro estaremos todos esperándote, porque las despedidas no significan nada aunque Borges tuviera razón en lo de los paraísos. Nadie puede despedirse de sí mismo, ni de sus semejantes.
Gracias, Sonia
Ehhhhhhhhhhhhhhhhhhhh...yo no había visto esto. ¿Por qué nadie me dijo? Te quiero tanto, mi hermanito. Quiero tanto a todos los que mencionas. Linda sorpresa. Muy linda. Recordamos mucho, olvidamos más: ya sabemos de qué está hecho el olvido. Pero estamos todos y eso es el importante. Desde South Beach, desde la "plasticidad" de sus boutiques y galerías y bares modernos, brindo por ustedes, brindo por ti. Vaya, que me he puesto sentimental. Un abrazo. Qué bien escribes, carajo.
Una despedida, una isla, un abrazo, una nube , asistir al milagro que convocas querido Camilo, pensar un mundo , atravesar todos el espejo del doctor Parnasus ,donde Keaton nos monta en un tren con paradero conocido , esa estacion donde un dia compartimos el olor del campo y muchos suenos, esa estacion donde se hizo el milagro de verte nacer. Gracias E.
Me dejaste sin palabras, hermanito. Se lo mandé a Eloy, lo comenté con Sonia. Mira que yo te quiero. Los trenes vuelven, vuelven siempre. Esta noche no dormiré en paz, no quiero hacerlo. Con vino y música de Chet Baker. Te celebro y te canto, amigo, poeta. Mira que yo te quiero, chico.
Camilito: gracias. Te invito a mi nube. Te quiero. Lemis
Mira que estoy pintando los rieles y de tiempo en tiempo muerdo los travesaños de la via, esperando la locotomotora...mira que se acerca otro invierno y debo salir corriendo a recoger madera por si la blancura inunda el espacio que nos separa...espero, te espero.
Cada día confirmo que cuando se inicia un viaje, la posibilidad real de sobrevivir el regreso, son los recuerdos... Esos que la prisa y la ansiedad, no pueden borrar. La lejanía queda muy cerca, Camilo.
Lindo como todo lo que escribes.
Jorge Luis S
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