14 agosto 2024

El cronista

Gay Talese, el gran cronista.

—¿Él también es poeta? —le preguntó un promotor cultural a un presunto amigo.
Estaba listo para asentir, pero el presunto amigo se me adelantó.
—No, él más bien es un cronista.
Admito que al principio me molestó muchísimo. Pero luego me sentí aliviado y, por último, se me llenó el pecho de orgullo. Me alivió comprobar algo que sospechaba hacía tiempo. Me enorgulleció caer en la misma categoría que la orquesta Aragón, los Van Van y Bobby Salamanca, grandes cronistas de la Cuba a la que pertenezco.
Luego recordé cuánto me apasionaban las crónicas de Cristóbal Colón, Hernán Cortés, Bernal Díaz del Castillo y Fray Bartolomé de las Casas. Me pasé días enteros leyéndolas en la Biblioteca Provincial de Cienfuegos. Siempre que pienso en esos libros, recuerdo el olor del edificio que hace esquina en Santa Cruz y Prado.
La primera persona que me dijo que creía que yo iba a ser escritor, fue mi abuelo Aurelio. Lo hizo después de encontrar una libreta donde yo pegaba fotos de la prensa y redactaba pequeñas crónicas sobre los juegos de Las Villas en la serie de 1978. “¡Me gustan más que las del periódico!”, exclamó orgulloso.
Siempre que un libro de crónicas caía en mis manos, no podía evitar leerlo. Eso me pasó con Manuel de la Cruz, José Miró Argenter, Renée Méndez Capote y luego con las obras de Sherwood Anderson, Erskine Caldwell, Truman Capote o Norman Mailer. Más que novelas, al final todos son libros de crónicas.
Y, por último, Gay Talese. A nadie he releído más que a él. Me siento incapaz de contar las veces que he regresado a “Alí en La Habana” y “Frank Sinatra está resfriado”. Nadie como él logra tramar una historia a partir de un escenario y una situación, por cotidianos o irrelevantes que parezcan. 
A lo mejor el presunto amigo llevaba razón. El poema, el cuento o la novela al final no son más que envases. Lo importante es tener qué decir y contarlo de la manera más eficaz posible. Y en eso, mis maestros son los mejores, desde la Aragón hasta Talese. 
Ser su alumno ha sido una de las cosas que más he disfrutado en la vida.

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