03 septiembre 2022

Los sofritos


Por compromisos de trabajo tuvimos que adelantar el regreso de México a Santo Domingo. Como ya no había espacio en los vuelos directos, nos vimos obligados que dar la vuelta por Miami. Cuando estábamos a punto de aterrizar y distinguimos por la ventanilla los alrededores de la casa de mi tío Aramís, Diana y yo nos miramos.
Después de conseguir dos asientos en uno de los vuelos de mañana, llamamos a mi tía Miriam. Le preguntamos qué estaba haciendo de almuerzo. "Garbanzos, arroz y carne ripiada", nos respondió. "Pon dos platos más", le dijimos. "¡Eeeeehhhh!", exclamó aún más contenta que nosotros.
En cuestión de minutos estábamos en la única cocina donde los sofritos huelen y saben exactamente igual que en mi casa del Paradero de Camarones. A veces uno llora de la felicidad. Hoy Diana y yo lo hicimos.

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