11 septiembre 2022

Moonshine


Con Gaby, mi amigo de infancia, destilé alcoholes clandestinos en las noches del Paradero de Camarones. De un vagón averiado sacamos miel de purga cuando sabíamos que nadie nos veía. Con un panadero de Cruces conseguimos levadura y, después de una paciente espera, hicimos nuestro propio brebaje.
Moonshine le rinde homenaje a los destiladores clandestinos de Tenneesse y Kentucky que, a la luz de la luna, fermentaban maíz para sacar un whisky muy fuerte y elemental que los ayudara a sobrevivir los difíciles años de la Ley Seca. Siempre trabajaron en la oscuridad y a escondidas.
No sé si llegaré a probar alguna vez este Ole Smoky. Lo encontré en una tienda de licores en México, mientras buscaba algún tequila que traer a Santo Domingo. Al final pudo más mi pasado. Lo compré en homenaje a Gaby y a mí mismo. Por el Camilo clandestino que fui y por los hermanos que me acompañaron en la gesta.
Puede llamarse moonshine, calambuco, chispa de tren, salta pa' trás o como sea, solo se trata de destilar un momento de felicidad imposible de hallar en ninguna otra parte. Cuando las circunstancias te atrapan, siempre se encuentra una manera de escapar.

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