Mi
casa, la estación de ferrocarril del Paradero de Camarones, estaba dentro de un
triángulo. Era del ramal Cumanayagua, una línea que fue trazada a principios
del siglo XX para que los ingenios de Cruces llegaran con sus trenes de caña al pie de las montañas del Escambray.
Aunque la estación de Cumanayagua estaba en el kilómetro 27.2, el ramal se extendía
6 kilómetros más, hasta los chuchos de Mina Carlota, Carbó, Rosaura, Josefina 1
y Josefina 2. En Google Earth aún puede apreciarse un segundo puente sobre el
río Arimao y el surco sobre la tierra hasta el kilómetro 33.3.
Durante
décadas circularon por él dos trenes de viajeros que también ofrecían servicios
en los ramales que llegaban hasta Santo Domingo y Mataguá. Uno iba con coche
motor y el otro con locomotora; este último era mixto, es decir, de pasajeros y
de carga.
El
coche motor desapareció del Itinerario cuando fue cerrado el ramal Mataguá, a finales
de los años 70. El mixto permaneció hasta principios de los 90. Lo llegué a
conocer con una locomotora Pata de Palo (MAX 850 D). Cuando esas máquinas
alemanas fueron descontinuadas, le asignaron una GM 900.
Lo
recuerdo, sobre todo, con la 50908 y la 50914. No las olvido porque sus números
terminaban en los años de nacimiento de mis abuelos y eso era algo que Aurelio
y Atlántida comentaban a menudo. La entrada y la salida del mixto por ese ramal
era, más que un medio de comunicación, un suceso sociocultural.
Durante
años ese tren fue la única manera de llegar a irse de Cabrera, Malezas, Caraballoso,
Ojo de Agua, Manguito, Breñas y el Guajiro, pequeñas comunidades que nunca
fueron alcanzadas por carreteras y se quedaron dependiendo del ferrocarril.
En
Trenes de Cuba, un grupo de Facebook donde
dialogo a diario con ferroviarios cubanos que viven en el exilio, conocí a Juan
Carlos Portales. Él fue el despachador que le autorizó la vía al último tren a
Cumanayagua. Reproduzco aquí su testimonio:
Conmigo en
la mesa 5 cerró para siempre el ramal Cumanayagua. Aquel día el tren navegó
contra la corriente y mantuvo la hora. Tuvo cruces en Candelaria, Palmira y
Cherepa con los trenes de Santa Clara, Aguada y no recuerdo si Santo Domingo.
De Cherepa
salió con doble vía a Camarones y luego a Cumanayagua. Prácticamente pasó por
el andén. Jamás recibí la llegada. Entregué el turno a las 12 y cuando regresé
a las 6 de la tarde era una raya azul laaaaarga en el gráfico.
¡La 50902
se había enterrado hasta el pasillo en el crucero de Malezas! Alfredo Rdoriguez era el Maquinista. Se descarrilaron en el crucero de malezas. La locomotora se enterró de tal manera que no podían halarla. La grúa del Auxilio Mayor no podía entrar al Ramal. Trataron de halarla con una TGM 4 y luego con dos. No se movió. Hubo que entrar con una TEM 2.
Eso debió ser en
1996…
Unas
semanas después del descarrilamiento, comenzaron a desmantelar la línea. En
1999, yo trabajaba en Casa de las Américas y viajé a Cienfuegos junto a Lenay
Blasón para entrevistar al poeta y repentista Luis Gómez. Al final de la larga
conversación le puse un pie forzado: “en el puente del Guajiro”.
Luis
acabó con el vaso de ron que tenía delante, cerró los ojos y se llevó un puño
cerrado hasta la frente:
Ya le
arrancaron la vía
a nuestro
pueblo adorado
que era el
transporte atrasado
que en
otro tiempo tenía.
Sufre la
melancolía
que muchos
ojos no ven.
Y mi
pueblo en su vaivén
que tanto
quiero y admiro,
en el
puente del Guajiro
está
esperando el tren.
Con
esa décima acaba mi libro ¿Por qué decimos adiós cuando pasan los trenes? (Capital Book, 2012). Siempre he
pensado que, gracias a esas líneas, el ramal Cumanayagua aún sigue vivo.
3 comentarios:
tremendo blogg, soy de lajas y en mi infancia y juventud viaje hasta santo domingo, cruces y cumanayagua en el tren, esos recuerdos son muy gratos.
me enacnata el tema por ser interesante y traer recuerdos buenos de la juventud en mi lajas querida
Yo son Cumanayaguense, tengo 38 años de edad, y nunca tuve la dicha de viajar en ese tren, pero recuerdo a mis 12 o 13 años de vida, estudiaba en la ESBU José E Tartabull de este municipio y en ese entonces recuerdo el ir y venir de ese tren de pasajeros, disfrutaba entonces verlo arribar a la Estación Cumanayagua y al rato verlo partir, era algo fabuloso... Me decía a mi mismo que algun día cuando fuese mayor sin duda alguna iba a viajar en ese tren, siempre sentí curiosidad por el itinerario del mismo... algunos meses después ya no lo vi llegar más a la estación, poco tiempo después desactivaron la linea férrea, supe entoncees que ya no iba a cumplir mi deseo, no era posible.. y nunca entendí por qué privaron a mi pueblo del transporte ferroviario... aún no lo entiendo... como algo tan necesario para muchos, desaparece de un momento a otro... porque si que hubo población afectada con ese suceso... Confieso que todavía a pesar del tiempo sueño en ocasiones con aquellos momentos en que el tren arribaba a la estación... y despierto entonces con una infinita nostalgia.....
Soy de cumanayagua, vivo a una cuadra de la antigua estación de trenes. Aún me parece ver los tenés llegando y pitando para anunciar su presencia. incontables veces tomé el tren para ir al paradero de camarones donde vivía mi familia materna. Nostalgia de aquellos tiempos, de quién será la culpa, no sé, pero si si no estuvo bien la decisión de eliminar el ten de cumanayagua.
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