El tambor de “Let it Be” se afinó
algunos días más tardes.
Ringo nunca estuvo
en el mismo lugar que las voces.
18 violines,
4 violas,
4 violonchelos,
1 arpa,
3 trompetas,
3 trombones,
2 guitarras
y 14 voces femeninas
eran demasiado ruido
para una canción
que siempre
oímos desnudos,
debajo de un piano de cola.
Eso dijiste para no decir nada.
Pero lo que en verdad
querías dejar por sentado
se perdió mucho antes,
en los silbidos
de “Two of Us”.
Debe ser por eso
que nunca más volvimos
a entenderlos.
Como el tambor de “Let it Be”,
siempre acudimos
algunos días más tarde,
cuando ya casi no había remedio.
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