A la mañana siguiente de mi viaje de ida de La Habana,
Freddy Ginebra me dejó en El Caribe. La
bienvenida oficial me la dio Juan Fernando Dorrego, quien en aquel entonces era
el último en irse y el primero en llegar a la redacción. Enorme y noble, como
el oso Jogi, Juan Fernando no tardó en darme un abrazo y las lecciones
elementales para que yo comenzara a trabajar aquel mismo día.
Él es español y su esposa Angelika, quien también trabajaba
allí, alemana. Ambos eran asesores en aquel nuevo diario que se estaba gestado
dentro de uno de los periódicos más tradicionales de República Dominicana. Poco
después del mediodía, conocí a Luis Canela, quien por aquellos meses, de manera
temporal, se había desdoblado de su oficio de banquero para convertirse en
director del periódico.
Luis tuvo incontables gestos de generosidad conmigo. Pero el
más importante de todos fue regalarme los libros que tenía repetidos en su
biblioteca. Así comencé a recuperar lo que había dejado en Cuba y me hice de
otras cosas con las que, en honor a la
verdad, ni había soñado.
Desde ayer, El
Fogonero aparece entre los blogs de Hechos de Hoy, una página de análisis de América Latina, España y el mundo que gestaron
Juan Fernando y Angelika con el apoyo de Luis. Eso me produce una enorme
felicidad, porque es estar otra vez entre algunos de los que hicieron el mejor
periódico dominicano que se recuerde.
Hace una semana volví a casa de Luis y, como es costumbre,
me fui con un libro repetido debajo del brazo. Por aquellas felicidades y por
estas, hoy como ayer, gracias.
2 comentarios:
Hola Camilo!
Hoy como ayer, hago mi espacio para compartir "El Fogonero" contigo.
Me hace mucho bien leerte siempre.
Te admiro, te respeto...y sobre todo te quiero mucho.
Hola Camilo, aunque no veas mis comentarios, estoy aquí, escudriñándolos y delatándome con ellos. Un abrazo.
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