12 mayo 2008

La isla baldía

Las ruinas del central Perseverancia (Primero de Mayo) vistas desde el cielo.
A la izquierda, antiguos cañaverales convertidos en tierra baldía.
Fidel Castro se confesó un enemigo acérrimo de la producción de etanol a partir de la caña de azúcar. Esa aversión la dejó por escrito en una de sus presuntas Reflexiones. Es entendible, de estar de acuerdo con los biocombustibles, el Comandante tendría que explicar antes por qué Cuba no previó esa oportunidad de oro y desmanteló su industria azucarera.
En el documental “deMoler” (2004), realizado por el joven cineasta Alejandro Ramírez, se revela la vida cotidiana en los pueblos fantasmas que sobreviven en los sitios donde antes hubo importantes ingenios. Los propios obreros que acometen la labor destructiva, confiesan que no están de acuerdo con lo que hacen.
“deMoler” es el verdadero epílogo de la Zafra de los Diez Millones, pero es también el mejor epitafio que se le pueda escribir a la industria azucarera cubana, ese sistema sociocultural que definió Manuel Moreno Fraginals. “Si azúcar no hay país”, decían Los Compadres a dos voces, mientras Lorenzo Hierrezuelo imitaba el sonido de una locomotora de vapor.
Desde Google Earth se pueden apreciar, una por una, las ruinas de los ingenios demolidos. Aunque parecen objetivos bombardeados, no son más que los esqueletos de una economía moribunda, inoperante. A su alrededor, cientos de caballerías de tierra sin cultivar se extienden en todas direcciones.
Su isla baldía, eso es lo que quiere esconder el anciano líder cuando desvía la atención con sus Reflexiones… en el hipotético caso de que sea él quien en verdad escribe, o al menos el que dicta.

2 comentarios:

Jo Ruiz dijo...

Deprime leer estas cosas la verdad, y más con la crisis de asma que tengo.
Hay tantas cosas qué decir sobre el "economista" Fidel Castro.
Con decirte que, a mediados de los 70, destituyó a un importante cargo económico de Cuba(creo que era el presidente de la JUCEPLANS, ahora no recuerdo) porque sugirió que se explotase en turismo como un medio importante de generar divisas y, por tanto, desarrollo.
Años después, a finales de los ochenta, el señor Castro presentó ese mismo plan de turismo como si fuese idea suya y generando uno de los más oprobiosos "apartheid" que ha conocido el mundo.
Lo del azúcar tiene mucha tela por dónde cortar, mucha.
Saludos.

Anónimo dijo...

Amigo, tus palabras logran transportarme allí mismo donde nunca he estado…
Gracias por compartirlas….
Un abrazo.