De izquierda a derecha: Camilo Venegas, Avelino Stanley, Zoé Valdés,
Alejandro Arvelo y Marino Berigüete.
Hace unos días corroboré una vieja sospecha. El cobarde acto de repudió que se orquestó en la Feria del Libro de Santo Domingo contra Zoé Valdés, contó con la complicidad de una poetisa dominicana. Omar Córdoba, el ex-embajador cubano, tuvo una eficiente secuaz en esa escritora.
Recuerdo que dos días antes de la presentación de Zoé, Avelino Stanley me llamó para transmitirme un mensaje de José Rafael Lantigua. “Asere, estás a tiempo y tienes todo el derecho. Si quieres evitarte un problema, no presentes a Zoé”, me dijo el viceministro de parte del ministro. En ese momento pasaron por mi cabeza los recuerdos muy precisos que aún tengo de los actos de repudio en mi pueblo.
Sólo recordaré uno, el más triste de todos. Mi maestra de prescolar, quien me enseñó a cantar el himno y a entender los significados de la bandera, fue arrastrada por las calles de Manicaragua como en los tiempos de las Brujas de Salem. Ella no robó ni cometió ningún delito. Le pegaron, la escupieron y le tiraron huevos podridos por el solo hecho de preferir el exilio.
“Hasta hoy yo lo iba hacer por ustedes. Ahora lo quiero hacer por mí”, le respondía a Avelino. El acto de repudio fue tan burdo, que no tuvo ninguna trascendencia, más bien le “regaló” a Zoé Valdés los titulares en la prensa por varios días y un aumento considerable en la venta de sus obras.
Cuatro o cinco gatos se quedaron afuera, disfrazados de esperpentos "bolivarianos" y con los bolsillos llenos de piedras y huevos. Sólo dos o tres lograron entrar al salón del Teatro Nacional. Sus intervenciones fueron penosas. Era obvio que no habían tenido tiempo de aprenderse el guión que les habían preparado el ex-embajador y la poetisa.
Omar Córdoba tuvo que ser sustituido después del escandaloso incidente. El único pago que recibió por sus acciones injerencistas, es la forma en que lo recuerdan los dominicanos. De la poetisa tampoco hay mucho que decir; la mejor manera de comprobar la calidad de sus versos, es leyendo sus actos.
Recuerdo que dos días antes de la presentación de Zoé, Avelino Stanley me llamó para transmitirme un mensaje de José Rafael Lantigua. “Asere, estás a tiempo y tienes todo el derecho. Si quieres evitarte un problema, no presentes a Zoé”, me dijo el viceministro de parte del ministro. En ese momento pasaron por mi cabeza los recuerdos muy precisos que aún tengo de los actos de repudio en mi pueblo.
Sólo recordaré uno, el más triste de todos. Mi maestra de prescolar, quien me enseñó a cantar el himno y a entender los significados de la bandera, fue arrastrada por las calles de Manicaragua como en los tiempos de las Brujas de Salem. Ella no robó ni cometió ningún delito. Le pegaron, la escupieron y le tiraron huevos podridos por el solo hecho de preferir el exilio.
“Hasta hoy yo lo iba hacer por ustedes. Ahora lo quiero hacer por mí”, le respondía a Avelino. El acto de repudio fue tan burdo, que no tuvo ninguna trascendencia, más bien le “regaló” a Zoé Valdés los titulares en la prensa por varios días y un aumento considerable en la venta de sus obras.
Cuatro o cinco gatos se quedaron afuera, disfrazados de esperpentos "bolivarianos" y con los bolsillos llenos de piedras y huevos. Sólo dos o tres lograron entrar al salón del Teatro Nacional. Sus intervenciones fueron penosas. Era obvio que no habían tenido tiempo de aprenderse el guión que les habían preparado el ex-embajador y la poetisa.
Omar Córdoba tuvo que ser sustituido después del escandaloso incidente. El único pago que recibió por sus acciones injerencistas, es la forma en que lo recuerdan los dominicanos. De la poetisa tampoco hay mucho que decir; la mejor manera de comprobar la calidad de sus versos, es leyendo sus actos.
5 comentarios:
Recuerdo perfectamente ese día, yo estba entre el tumulto. No olvido a varios personajillos con camisetas rojas con la figura del Che y una inscripción de Revolución Bolivariana. Todo fue grotesco. El ambiente extremadamente tenso. Las palabras de presentación que hizo Camilo fueron muy duras, pero no coqueteo ni con Tirios ni con Troyanos. Aún puedo recordar su afirmación de que quienes legitimaron a Zoé como una importante intelectual fueron precisamente los medios y estamentos cubanos. Esos mismos que luego pagaron míseros almuerzos para que un grupete de fascinerosos quisieran tirar piedras y huevos en una de las salas del Teatro Nacional. Hasta el embajador de Argentina se asustó cuando vió el escándalo, pues en la sala principal se presentaban unos artistas de su país. Que misión tan triste les toco a estos personajes venedomicocubanos
El unico delito de Zoe Valdes es ser pesima escritora
Mi solidaridad con Zoe Valdés. No soy fan de ella, pero nadie tiene derecho a coartar su libertad de expresión, ni mucho unos unos lacayos de Chávez, Castro y las FARC.
Parece ser que últimamente a los Castro les molesta las mujeres rebeldes. Ya sabemos lo mucho que simpatizan con los talibanes y los iraníes.
para mi zoe, mas que rebelde, se me hace oportunista. Habla mucho del hambre y la miseria del periodo especial, donde andaba ella? en paris y antes de eso tuvo su buen puesto en el icaic. Pero claro, la literatura anticastrista es la que mas vende. Si no, preguntente a lichi diego. En una feria del libro habia cola como pa tomar la guagua, solo pa que zoe les firmara el libro. Y escritores de la talla de lichi, apenas si tenian publico. Nada, que la banalidad vende.
No por ello, no estoy de acuerdo en que le hayan hecho ese numerito en la feria del libro de santo domingo.
Laura la banalidad de la que hablas sin conocer nada en tu boca parece un banal banano... asi que por favor no compares escritores ni literaturas... eso no es un numerito que le hacen a nadie
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