25 febrero 2008

Los dinosaurios siguen allí

Cuando Cuba se despertó, los dinosaurios todavía estaban allí. No es un cuento, es la circunstancia de un país que sigue sin acceder al futuro. Aunque Raúl Castro advirtió en su discurso que el “momento histórico” les exigía ser “dialécticos y creadores”, la Asamblea Nacional decidió acudir otra vez a los veteranos de la Sierra Maestra para continuar “fortaleciendo la Revolución”.
En el primer gobierno cubano desde 1959 donde Fidel Castro no aparece en la nómina, nadie nacido después de esa fecha ha sido tomado en cuenta. La presidencia, la vicepresidencia y el ejército siguen en manos de los mismos ancianos que han detentado el poder por casi medio siglo.
La revolución ha formado a varias generaciones de cubanos con la intención de obtener un hombre nuevo, capaz de garantizar la continuidad del proyecto. Pero ninguno de ellos inspira la suficiente confianza como para heredar la “antorcha”. Por lo pronto, hay que seguir esperando. “Fidel es insustituible”, ya lo dijo Raúl a modo de prefacio… aun cuando sonó a epitafio.

18 febrero 2008

Un traje sin uso

El Concurso “¡Qué Viva el Merengue!” seleccionó hace algún tiempo el Traje Oficial Nacional Dominicano. Transcribo parte del texto que describe la indumentaria: “La mujer lleva tocado que reproduce la flor nacional de la caoba y argollas en cuerno de toro, que evocan el hato ganadero. (…) El hombre lleva botones de ámbar, alforzas superpuestas, cintas con los colores nacionales, un pañuelo azul en el bolsillo trasero y la clásica leontina”.
Sin lugar a dudas se trata de un estereotipo que ignora a buena parte de las identidades dominicanas y sintetiza, de una manera casi caricaturesca, a una cultura que es mucho más diversa y rica. De ahí que sea tan importante la decisión del Consejo Nacional de Cultura de dejar que sea el uso quien defina cómo visten los dominicanos.
La palabra identidad no es sinónimo de nostalgia, ni es algo estático, invariable y atado obligatoriamente al pasado. Unos jeans hechos en Singapur o un vestido manufacturado en Malasia, hoy pueden ser más dominicanos que esos corpiños y arandelas que ni en los desfiles del carnaval tendrían uso. El traje nacional lo definen todos los dominicanos, día a día, cada vez que salen a la calle.

12 febrero 2008

Conversar, ese arte

Durante un buen tiempo tuve el privilegio de comer, al menos tres veces por semana, con Marcio Veloz Maggiolo. Además de Marcio, en la mesa siempre estaba Pilito Vega. El escritor, el museógrafo y yo siempre escogíamos un lugar apartado en el comedor de León Jimenes, en Santiago, para poder conversar tranquilamente.
Recuerdo que un día le dedicamos toda la sobremesa al arte de la conversación. Pilito, que es un devoto de Borges, citó algunas frases del poeta argentino sobre el tema. Marcio recordó algunos de los grandes conversadores que había conocido y reconstruyó, con lujo de detalles, un delicioso diálogo que sostuvo durante horas con Alejo Carpentier.
William Faulkner se burlaba de ciertos escritores franceses, asegurando que preferían contar sus libros en lugar de sentarse a escribirlos. “Una buena conversación debe ser como un libro que sólo podemos leer una vez”, nos dijo Marcio, mientras se levantaba de la mesa y se guarecía otra vez debajo de su gorra de bolchevique.
Probablemente él no recuerde esa frase, pero yo la anoté en cuanto volví a mi mesa de trabajo. Ayer la reencontré buscando otra cosa y por eso estas líneas.

05 febrero 2008

Martí histriónico

José Martí nunca encarnó otro personaje que no fuera el suyo, pero siempre tuvo grandes cualidades histriónicas. Eso le sirvió para comunicarse y entenderse con sus compatriotas donde quiera que los encontrara. En las paredes de la galería Alinka cuelgan varias versiones y apropiaciones de ese personaje plural, múltiple.

El comunicador Pedro Ramón López ha dibujado, copiado, trastocado y reproducido al Apóstol cubano en una serie de obras donde se recompone la historia pictórica y política de su país. El artista utiliza el pincel con la misma libertad y osadía con la que el escritor manejó la pluma. Martí no tenía reparos para contar historias que ya otros habían contado, López tampoco los tuvo para pintar sus historias con cuadros que ya otros habían pintado.

Para el artista hoy, como para el poeta ayer, lo importante es el mensaje. Con esa excusa le “roba” un fondo a Wifredo Lam, una trama a Amelia Peláez o un cuerpo a Egon Schiele. “Cuba y Martí en el ojo del huracán” no es la obra conclusa de un artista que perseguía imágenes rotundas, es más bien el proceso de trabajo de un comunicador al que las palabras no le fueron suficientes y tuvo que seguir diciendo cosas a como diera lugar.

29 enero 2008

La larga espera

Ya casi nadie niega que Cuba en estos momentos es un país inmóvil, inviable, sumido en una larga espera. La crisis económica ha socavado tanto a la sociedad, que todos sus valores se han ido a bolina, como el papalote de Silvio (quien, dicho sea de paso, acaba de plantearse el desafío de “invadir América desde el sur” y se va a vivir a Chile).
Pablo Milanés advirtió recientemente sobre la necesidad de que se produzcan cambios con urgencia en su país. Sergio Corrieri, organizador del próximo congreso de los escritores y artistas cubanos, cursó una extraña misiva donde pide paciencia entre sus correligionarios y augura que los cambios se producirán, pero no con la celeridad que muchos quisieran.
Aunque hay algunos más radicales que otros y otros más conservadores que algunos, por primera vez hay un consenso casi unánime de que habrá que removerlo casi todo. ¿Qué se espera entonces? ¿Quién le pone frenos a lo por venir? ¿Qué tiene que pasar para que el futuro por fin pase? Al final de cuentas eso “no lo para el sol ni su reverso”.

22 enero 2008

Gabo invisible

Todo parece indicar que Mike Newell también fracasó en el intento por traducir, de las palabras a las imágenes, el universo de Gabriel García Márquez. Según los críticos que han tenido la oportunidad de ver la versión cinematográfica de El amor en los tiempos del cólera, Fermina Daza y Florentino Ariza corrieron la misma desdicha que todos los seres de Macondo que les antecedieron.
Hay muchísimo ejemplos de grandes novelas que han tenido grandes adaptaciones al cine. También hay películas que al final resultaron ser muy superiores a la obra literaria en la que se inspiraron (Memorias del subdesarrollo, de Tomás Gutiérrez Alea, es un paradigma de ello). Pero por lo regular, los clásicos de la literatura no suelen convertirse en clásicos del séptimo arte.
Lo raro en García Márquez es que él siempre estuvo muy vinculado al cine; además de fundar la escuela de San Antonio de los Baños, impartió talleres de guiones y hasta llegó a escribir varios (aunque también acabaron siendo películas mediocres). Para alguien así, es demasiada mala suerte que su obra siga siendo invisible cada vez que se traspasa al celuloide.

14 enero 2008

Salud de hierro

Joan Manuel Serrat por poco no sobrevive a un cáncer y Joaquín Sabina a duras penas se salvó de una trombosis; pero entre los cantautores de su generación, son los que exhiben una salud de hierro en la conciencia. Justo eso fue lo que les permitió recuperar su pasado sin remordimientos.
La gran virtud de Dos pájaros de un tiro, el DVD que recoge el espectáculo que se presentó en España y algunas capitales de Latinoamérica (desafortunadamente, no llegó a Santo Domingo), es el gran desenfado con el que sus protagonistas fueron capaces de asimilar su legado.
Aunque se trata de dos artistas emblemáticos, de dos iconos, la reunión transcurre con absoluta naturalidad. No hubo lugar en el concierto para una de esas frases rimbombantes y demodé que tanto les gustan a sus congéneres.
Es loable que, después de una trayectoria tan intensa y extensa, estos sujetos miren hacia atrás con el humor que merecen las cosas más serias. Gracias a esa convicción y, puestos a elegir entre todas las vidas, es que ambos siguen prefiriendo la del “viejo truhán, capitán de un barco que tuviera por bandera un par de tibias y una calavera”.

07 enero 2008

La mujer de Sartre cumple cien años

Fue la fundadora del feminismo moderno, pero muchos conocen a Simone de Beauvoir como “la mujer de Sartre”. Así fue como me la presentaron la noche en que me robé uno de sus libros. Ella, su marido y su archirival Camus, entre muchos otros, compartían aquel cuartico oscuro donde permanecían apartados los escritores proscritos por la Revolución.
No pocos estudiantes de la Escuela Nacional de Arte de La Habana solíamos escabullirnos hasta allí para darle caza a “los prohibidos”. En cada expedición robábamos todos los libros que nos cabían en las manos. De lo contrario, no habríamos sabido nada de aquella gente cuyos nombres nos dictaban con recelo y menosprecio.
Aunque Simone de Beauvoir ya tiene cien años, por sus contradicciones y apasionamientos sigue pareciendo un ser muy joven. La señal más inequívoca de su vigencia es que cada palabra suya sigue provocando innumerables polémicas. “Ser libre es querer la libertad de los demás”, dijo una vez aquella mujer común que no pudo evitar que la convirtieran en algo que detestaba: un mito.