29 enero 2008

La larga espera

Ya casi nadie niega que Cuba en estos momentos es un país inmóvil, inviable, sumido en una larga espera. La crisis económica ha socavado tanto a la sociedad, que todos sus valores se han ido a bolina, como el papalote de Silvio (quien, dicho sea de paso, acaba de plantearse el desafío de “invadir América desde el sur” y se va a vivir a Chile).
Pablo Milanés advirtió recientemente sobre la necesidad de que se produzcan cambios con urgencia en su país. Sergio Corrieri, organizador del próximo congreso de los escritores y artistas cubanos, cursó una extraña misiva donde pide paciencia entre sus correligionarios y augura que los cambios se producirán, pero no con la celeridad que muchos quisieran.
Aunque hay algunos más radicales que otros y otros más conservadores que algunos, por primera vez hay un consenso casi unánime de que habrá que removerlo casi todo. ¿Qué se espera entonces? ¿Quién le pone frenos a lo por venir? ¿Qué tiene que pasar para que el futuro por fin pase? Al final de cuentas eso “no lo para el sol ni su reverso”.

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