Cuba es una nación en ruinas, una sociedad muerta, un círculo vicioso que
se acaba de cerrar. Al cabo de 56 años de dictadura, después de haber puesto al
mundo al borde de una guerra nuclear, de haber librado contiendas en África, de
haber tenido la vaca que más leche ha dado en la historia y de mandar un hombre
al cosmos, volvimos al punto de partida.
En los años 60, cuando Estados Unidos rompió relaciones con la revolución
de Fidel Castro, el líder cubano convirtió a la isla en un lejano satélite de
la Unión Soviética. El inglés fue abolido de la enseñanza y el ruso se
convirtió en obligatorio. El propio comandante se burlaría de esa medida
décadas más tardes: “Todo el mundo estudiaba inglés menos nosotros, que estudiábamos
ruso”.
A finales de los años 80, cuando cayó el Muro de Berlín y desapareció el
campo socialista, Fidel se apuró en conseguir otro aliado que mantuviera a su
improductivo reino. Tardó unos años y ese lapso de tiempo se conoce hoy con
el eufemismo de Período Especial en Tiempo de Paz, una atroz crisis económica
que paralizó al país y convirtió a los cubanos en una tribu de sobrevivientes.
A finales de la década de los 90, un militar golpista que acababa de salir
de la cárcel en Venezuela fue recibido en el aeropuerto José Martí con honores
de jefe de estado. Era el hombre que Fidel buscaba y no descansó hasta convertirlo
en presidente. Gracias a
Hugo Chávez y al petróleo del lago Maracaibo, los trenes cubanos volvieron a circular
y el país pudo sostenerse unos años más… hasta que Venezuela también
fue insostenible.
Entonces no quedó nadie a quien acudir. La única manera de sobrevivir que
encontró la casta militar que gobierna y se enriquece hoy en la depauperada isla,
fue pactar con Estados Unidos. Cuando Barack Obama abrió su paraguas para
abandonar el Air Force One y descender a La Habana, se cerró por fin ese
círculo vicioso dentro del que ha vivido Cuba durante casi 60 años.
Ningún cubano va a recuperar nada a partir de ahora. Los pocos que hasta hoy han podido sobrevivir y hasta enriquecerse, se harán aún más ricos. Los que se han empobrecido hasta la indignación, serán todavía más pobres. El tiempo perdido, como las familias y los valores, será irrecuperable.
Solo la libertad podría reconstruir las ruinas y revivir a la sociedad. Pero ella, como el futuro de todos los cubanos, se demora.
Ningún cubano va a recuperar nada a partir de ahora. Los pocos que hasta hoy han podido sobrevivir y hasta enriquecerse, se harán aún más ricos. Los que se han empobrecido hasta la indignación, serán todavía más pobres. El tiempo perdido, como las familias y los valores, será irrecuperable.
Solo la libertad podría reconstruir las ruinas y revivir a la sociedad. Pero ella, como el futuro de todos los cubanos, se demora.
6 comentarios:
Más claro y mejor dicho no puede ser. Gracias por este nuevo artículo.
Exacto......muy bien dicho Vanegas.
Exacto......muy bien dicho Vanegas.
Claridad en su artículo, y cuánta tristeza se esconde en sus palabras...tiene Ud. mi respeto y solidaridad.
Querido Camilo, que acertada síntesis, que lúcida e interesante reflexión a partir de este acontecimiento.
Excelente comentario, una foto exacta del dilema que sufre nuestra isla hoy esclava. Te felicito
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