Orestes Miñoso junto a José Dariel Abreu. |
Mi
primer recuerdo de Orestes Miñoso no tiene que ver con el legendario pelotero,
sino con mi padre. Cuando él conducía por las carreteras del Escambray, mientras
libraba curvas y cruzaba largos puentes de madera, solía entonar famosos
estribillos de antiguas orquestas.
Asía
el timón con la mano derecha, como si fuera un micrófono, y sacaba la derecha
por la ventanilla de su viejo Dodge: “La pelota va y vaa y vaaa/ y vaaaa, se fueeeee…/ Han bateado un jonrón,/ que tremendo batazo,/ que tremenda emoción./ ¡Es Miñoso, señores,/ que la bola botó!”
Una vez le pregunté quién era Miñoso y dejó de cantar. En lugar de
responderme, hizo un largo silencio, como si buscara recuerdos dentro de su cabeza. “Papi, qué quién era Miñoso”, insistí. “Aquello sí
era pelota —fue la única respuesta que obtuve— no ese juego de manigua que hay
ahora”.
Mi
segundo recuerdo de Orestes Miñoso tampoco tiene que ver con el primer latino
negro que jugó en Grandes Ligas, sino con Norberto Codina. A finales de los
años noventa el poeta cubano (quién entonces era también mi jefe en La Gaceta de Cuba) fue invitado a dar
una conferencia en Chicago.
Cuando
Codina regresaba de los viajes solía hacerlo con mucha discreción, como si
tratara de restarle importancia al periplo. Aquella vez, en cambio, volvió
eufórico a La Habana: ¡se había comido un arroz con pollo cocinado por Orestes
Miñoso!
Como
prueba, además de las fotografías, me trajo de regalo una pelota firmada. Ayer,
mientras leía las noticias sobre la muerte del toletero, la busqué y la lancé
varias veces hacia arriba, haciendo un esfuerzo para escuchar la voz de mi
padre: “Cuando Miñoso batea de verdad/ la bola baila hasta cha cha chá”.
Varias
generaciones de cubanos no saben quién fue Orestes Miñoso. Yo mismo, por muchos
años, oía su nombre sin entender su verdadera dimensión. Su legado, como el de
Celia Cruz o el de Guillermo Cabrera Infante nos fue negado por la ignorancia
del absolutismo.
No
hubo duelo en Cuba por Orestes Miñoso. La escueta noticia debió resultarle
incomprensible a la mayoría de los jóvenes. Pero llegará el momento en que su
leyenda vuelva a elevarse. Algún día los batazos de José Dariel Abreu, Yasiel
Puig y Yoenis Cépedes le explicarán a su gente quién fue ‘El Cometa Cubano’.
2 comentarios:
Yero, en la novela Herejes de Leonardo Padura se hace mención a Miñoso. Echale una ojeada. Para mi fue muy emocionante. Un saludo "desde las gradas".
Camilo, el cha cha cha que le gustaba a tu padre:
https://www.youtube.com/watch?v=-NoqKLh5p-8&t=35
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