En Clandestinos, una memorable película cubana realizada por Fernando Pérez en 1988, hay una escena donde los esbirros de la dictadura de Batista tocan con insistencia en la puerta de los protagonistas. Los jóvenes revolucionarios habían llevado a cabo una serie de sabotajes en La Habana y, después de una delación, fueron acorralados.
Tania
Bruguera no lucha con explosivos sino con ideas, es por eso que convocó al performance
#YoTambienExijo, que se realizaría en
la Plaza de la Revolución. Ni ella ni los demás que deseaban participar
pudieron llegar al histórico monumento (construido por la dictadura de Batista
y convertido en símbolo por la de Fidel).
Los
esbirros de la Seguridad del Estado fueron a buscarlos a sus casas. Como La
Habana apenas ha cambiado en los últimos 60 años, uno puede representarse la
escena volviendo a ver la película de Fernando Pérez. Bastaría con imaginar los
edificios en ruinas, sustituir vehículos y uniformes, ponerlo todo más feo.
También
se pueden reconstruir los hechos a través de @Yohandry8787, la cuenta que la
Seguridad del Estado mantiene en Twitter. Allí se cuentan los sucesos desde la
potestad que da saber lo que realmente está pasando. Para hacer esto, hay que
obviar su abominable tono, que va de la burla al cinismo y de la arrogancia al
fanatismo con absoluta naturalidad.
Cuando
se anunció el trueque de prisioneros y el restablecimiento de las relaciones
diplomáticas entre Cuba y Estados Unidos, muchos ilusos llegaron a decir que
ese acto equivalía a la caída del Muro de Berlín. Ninguno de esos, obviamente,
estaban dentro de la Isla. Porque la manera en que el dictador hizo el anuncio
y matizó lo que estaba ocurriendo, bastaba para concluir que todo seguiría
igual.
El
diario estadounidense The New York Times,
que se convirtió en la principal plataforma de la estrategia de comunicaciones
de la Casa Blanca, ha dicho este martes que está decepcionado. Tanto que
mencionó la palabra libertad en los días del acercamiento y ahora su
vocabulario se reduce al desconcierto. ¿Será ingenuidad o un tipo de cinismo
parecido al de @Yohandry8787?.
Los
esbirros de la dictadura de Fidel y Raúl Castro estuvieron tocando a la puerta
de Tania Bruguera durante cinco largas horas. Durante todo ese tiempo ella dejó
de ser una de las más importantes artistas cubanas, también perdió todos sus
derechos como ciudadana. Era una mujer sola, indefensa frente a sus verdugos.
Nadie escuchaba.