© Iván Cañas (1968)
El Mixto (un tren que circulaba entre Cumanayagua, Mataguá y Santo Domingo) pasó cuatro veces al día por toda mi infancia. Su formación consistía en una locomotora, un coche de equipaje y dos de pasajeros. El coche de equipaje era muy antiguo y de madera. Los de pasajeros, se llamaban Pionero y habían sido armados con piezas de autobuses y vagones de carga.
Un
libro, publicado en los años 80 del siglo pasado, me enseñó a mirar aquel tren
de una manera diferente. En las páginas de El
cubano se ofrece, aparecen los pasajeros y el guardafrenos de un tren que
está a punto de partir de la estación de Caibarién.
Corría
el año 1969 y la revolución se había embarcado en lo que acabó siendo uno de sus
mayores naufragios: La Zafra de los 10 Millones. La revista Cuba Internacional envió al reportero
Félix Contreras y al fotógrafo Iván Cañas al norte de la provincia de Las
Villas.
Aunque
la misión era producir un reportaje lleno de optimismo, el resultado fue una
mirada neorrealista de un país que comenzaba su lenta pero inexorable marcha
hacia la ruina. Cuadro a cuadro, desde la inmovilidad, es visible que el
fracaso se había puesto en marcha.
Con
esas imágenes, Iván Cañas logró uno de los capítulos más importantes de la
fotografía cubana. Y yo, aprendí a mirar los rostros que se ven en las
ventanillas de los trenes detenidos. Gracias a Joaquín Badajoz, que nos puso en
contacto, Iván me ha hecho llegar algunas de aquellas imágenes.
Publicarlas
en El Fogonero es un verdadero
privilegio y un regalo inmejorable para el niño que fui en el andén del
Paradero de Camarones, cuando el Mixto llegaba retrocediendo y se detenía justo
delante de mí. Entonces no sabía lo que significaban aquellos rostros que me
miraban desde las ventanillas. Lo supe cuando conocí la obra de Iván Cañas.
Desde
entonces también puedo reconocer casi todas las maneras que tiene el cubano de
ofrecerse.
1 comentario:
an Cañas Camilo, preciosas tus palabras sobre "El Cubano de Ofrece"...es increible como con el paso implacable del tiempo, gente como tu...jovenes y de otra generacion, han ido redescubriendo este libro que las autoridades de Cuba nunca destacaron, y jamas promovieron....tenemos que decir, como diria Consuelito Vidal "Hay que tener fe, que todo llega".
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