Guillermo Cabrera Infante recordaba con orgullo que los habaneros llegaron a cambiar latas de leche condensada por sus libros. La novela más reciente de Leonardo Padura, El hombre que amaba los perros, fue robada de la imprenta donde se produjo y ahora se vende en la bolsa negra por una suma que equivale a varios artículos del kit de supervivencia de los cubanos: aceite, jabón, detergente...
He tenido innumerables discusiones sobre la obra de Padura. Todas han sido con escritores cubanos que acuden a los más absurdos pretextos para restarle valor a sus novelas. En la mayoría de los casos se trata de una envidia visceral. Padura ha logrado, encerrado en su mundo de Mantilla, lo que ningún otro novelista de la Isla en ninguna otra parte del mundo.
Nunca un novelista nacido en Cuba ha conectado mejor con los lectores de su país que Leonardo Padura. Nótese que no he puesto fechas ni demarcaciones de ningún tipo a esa afirmación. La celebridad de Mario Conde, ese singular policía que ha devenido en vendedor de libros (no descarten que él también tenga algunos de los ejemplares robados de El hombre que amaba los perros), no la alcanzó antes ningún otro personaje de ficción en la Isla.
Hace unos días, un querido amigo que es muy exigente cuando de literatura cubana se trata, me llamó eufórico para decirme que acababa de terminar “la nueva novela de Padura”. Después de asegurarme que es lo mejor que ha leído en mucho tiempo, hizo una pausa. Cuando él hace ese tipo de silencio, es que quiere que nos preparemos para una de sus frases lapidarias: “Ahora, tigre, eso es el manifiesto anticomunista”.
Por eso me ha alegrado tanto que el ex diplomático Raúl Roa Kourí (quien es hijo del intelectual y político Raúl Roa, canciller por más de veinte años del régimen de Fidel Castro) también asegure que se trata de una obra excepcional. Los hechos que narra Padura, según Roa Kourí, son un reflejo de la sociedad cubana actual, esa que él y su padre contribuyeron a engendrar.
Leonardo Padura ya trabaja en su próxima novela. Además del talento, al hombre que ama a Mantilla lo favorece una inconcebible disciplina. Como casi nadie hace nada, suele decirse que en Cuba lo único que sobra es el tiempo. Padura es una de las excepciones de esa regla y de muchas otras. Por eso ha logrado construir un territorio independiente donde habitan él, Lucía, sus perros y la gente de su barrio, esos individuos comunes y corrientes que tanto lo inspiran.
10 comentarios:
Compadre, usted no falla! Equivóquese de vez en cuando, vaya!
El libro es muy bueno, y es cierto, es un escritor que conecta muy bien con su lectores. Gracias por el post, mijo.
JC Recio
De acuerdo contigo, como tantas...Padura es Padura duela a quien le duela.
Padura siempre ha sido un excelente narrador y ensayista. Y es cierto, a diferencia de la mayoría de los narradores cubanos, su obra ha madurado en un tono de universalidad, de conquistar a más lectores sin renunciar a la calidad literaria. ...
Que no comparta sus ideas políticas, ya es otro tema.
Como siempre, tocayo: suelto y sin vacunar. José Ignacio Cabrujas, el venezolano, tenía una frase que me gusta repetir en estos casos: el éxito no se discute. Leonardo es exitoso, y no porque el patético Instituto del Libro (si es que aún se llama así) o la aún más sombría Casa de las Américas (que se sigue llamando así, pero a nadie le importa) le hayan hecho campaña. Mucho menos María Elvira. Leonardo pica porque tiene más lectores que ningún otro cubano (incluido Guillermo, con todo y las distancias salvadas)y lo ha logrado sin renunciar a su querida Mantilla. Mejor que eso: Jessica Alba encuera.
Como siempre, tocayo: suelto y sin vacunar. José Ignacio Cabrujas, el venezolano, tenía una frase que me gusta repetir en estos casos: el éxito no se discute. Leonardo es exitoso, y no porque el patético Instituto del Libro (si es que aún se llama así) o la aún más sombría Casa de las Américas (que se sigue llamando así, pero a nadie le importa) le hayan hecho campaña. Mucho menos María Elvira. Leonardo pica porque tiene más lectores que ningún otro cubano (incluido Guillermo, con todo y las distancias salvadas)y lo ha logrado sin renunciar a su querida Mantilla. Mejor que eso: Jessica Alba encuera.
Con Padura se rompen los moldes, macho. Y la novela está que corta. Sólo lamento que ya hasta eso pasa desapercibido ante el descaro del gobierno. Los mismos funcionarios que aplaudían a ese (qué bien dicho, coño) manifiesto anticomunista, hacía unas horas estaban guataqueando las chocheras del comandante su eminencia ida del planeta. Ojalá pegue más en la gente, que los del partido ni se dieron por aludidos.
Admiro a Leonardo Padura.
Muchos éxitos para él.
".....han sido con escritores cubanos que acuden a los más absurdos pretextos para restarle valor a sus novelas", al parecer se sigue cumpliendo el dicho "nadie es profeta es un tierra".
Soy mexicano y no había leído a Leonardo Padura, hasta hace una semana que empecé a leer "el hombre que amaba a los perros" y no la puedo soltar y estoy a unas pocas páginas del final, por desgracia....excelente novela y eso me induce a seguir buscando la obra literaria de Padura y a recomendarlo ámpliamente a mis amigos y conocidos.
Grata aproximación a Padura a través de la novela mencionada
http://arseniorodriguezquintana.blogspot.com.es/2012/06/leonardo-padura-el-hombre-que-susurra.html
Publicar un comentario