Mañana Ana Rosario cumplirá unos cuantos sueños. La palabra Grecia la oyó por primera vez en La edad de oro, se encontró con la palabra París en los Aristogatos, oyó hablar de Amsterdan en la misma conversación donde se mencionó a Venecia, de Madrid y Barcelona su padre le contó muchísimas historias, de Praga todo lo que sabe tiene que ver con Kafka o con su madre, que la conoció de la mano de Milos Forman.
El itinerario es mucho más largo y, por lo que leo en el folleto que nos ha entregado la agencia de viajes, incluye Brujas, Bremen (¡la ciudad de los músicos, los del cuento!), Hamburgo, Berlín, Dresde, Viena, Bratislava, Venecia, Florencia, Roma (donde cayó mortalmente herido el Gladiador, ¿te acuerdas?) y un crucero por las islas griegas.
Mañana Ana Rosario se va por primera vez de casa. Su mamá, su papá y su abuela le diremos adiós en Las Américas como me decían adiós a mí cuando me iba para el ESBEC José de San Martín. La terraza del aeropuerto de Santo Domingo será la punta del andén de Camarones: un lugar donde se despide a un niño para recibir a un adulto.
Lo único que te pido, Nené, es que no olvides nuestro primer viaje. Aquella travesía por El Vedado en una bicicleta china es el origen de todo. El trayecto más largo, como dice el proverbio, empieza siempre con el paso más corto.
El itinerario es mucho más largo y, por lo que leo en el folleto que nos ha entregado la agencia de viajes, incluye Brujas, Bremen (¡la ciudad de los músicos, los del cuento!), Hamburgo, Berlín, Dresde, Viena, Bratislava, Venecia, Florencia, Roma (donde cayó mortalmente herido el Gladiador, ¿te acuerdas?) y un crucero por las islas griegas.
Mañana Ana Rosario se va por primera vez de casa. Su mamá, su papá y su abuela le diremos adiós en Las Américas como me decían adiós a mí cuando me iba para el ESBEC José de San Martín. La terraza del aeropuerto de Santo Domingo será la punta del andén de Camarones: un lugar donde se despide a un niño para recibir a un adulto.
Lo único que te pido, Nené, es que no olvides nuestro primer viaje. Aquella travesía por El Vedado en una bicicleta china es el origen de todo. El trayecto más largo, como dice el proverbio, empieza siempre con el paso más corto.
5 comentarios:
Oye, tu texto es hermoso.Imagina que mis hijos tienen 11 y 8 años y yo ya me preparo para el barullo en el que te encuentas, incluso desde La Habana, donde insisto en vivir, pues no pienso aferrarlos al encierro en el feudo cubano, sino estimularlos para que conozcan el mundo.
De las ciudades que mencionas conozco París (11 veces ya), Amsterdam, Madrid, Barcelona, el peloponeso griego (quizas tu niña se detenga en Naphlio), y acabo de llegar de Praga, que es hermosa, ya verás...
Abrazos.
¡Feliz viaje!.
¡Disfrútalo!.
Le deseo un buen viaje a tu hija, Camilo.
Es una buena edad para descubrir y explorar Europa.
Tengo la impresión de que tu hija ha heredado tus genes de poeta o artista.
Si los viajes forman la juventud, espero que esta frase se cumpla con Ana Rosario.
Saludos
Querido Camilo
Cuánta alegría al leerte y cuánta ternura en tus palabras.
Va el abrazo y la contentura por lo que han hecho al enviarla en tan privilegiado viaje.
Estoy conmovido. Besos.
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