17 abril 2021

Zonas congeladas


E
n Cuba, los más altos dirigentes de la dictadura viven en “zonas congeladas”. Eso quiere decir que sus vecinos son sometidos a vigilancias y controles aún más estrictos que el resto de los ciudadanos del país. Nadie puede entrar o salir de esas calles protegidas por soldados fuertemente armados.

Ninguno vive en barrios obreros. Desde Fidel Castro hasta Miguel Díaz-Canel, se apropiaron de las casas de la antigua burguesía cubana en las más exclusivas urbanizaciones y las convirtieron en castillos medievales, protegidos por un alto muro del empobrecido feudo.

El comunista Pablo Iglesias, ya conocido como el Marqués de Galapagar, ha convertido a su vecindario en una zona congelada. En su discurso, sin embargo, ha reducido a Madrid a dos puntos cardinales: sur y norte. Como candidato, le pide al sur que lo apoye a desvalijar el norte.

Iglesias vivió en el sur hasta que empezó a vivir de la política. Desde entonces, se ha mantenido fiel a su discurso contra los ricos, la casta y las cloacas del estado. Pero no pudo ser consecuente. Al final él y su mujer, Irene Montero, otra radical comunista, no resistieron la tentación de mudarse al norte.

Viven en un chalet con piscina, niñeras y hasta cuidadores de perros. Sus vecinos ahora han sido sometidos a constantes vigilancias y controles. Desde una garita, los guardias que cuidan a Iglesias les piden documentos y explicaciones sobre sus movimientos y visitas.

Así empiezan todos, congelando la zona donde viven. Luego, cuando logran el poder absoluto, congelan al resto de país. Lo convierten en un páramo atrapado en el tiempo, que llama la atención de turistas que padecen de una extraña necrofilia: visitar sociedades muertas con ciudades detenidas en el tiempo.

Eso será Madrid si un día, como La Habana, llega a creerse el cuento de que solo hay dos puntos cardinales. “Con el sur todo, contra el sur nada”, acabarán escuchando cuando ya se les haga demasiado tarde. Mientras tanto, en Galapagar, un alto muro protegerá a los marqueses de su empobrecido feudo.

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