Conocí a Luis Concepción en 2007. Entonces yo laboraba como director de Contenido en una reconocida agencia de relaciones públicas y él, que era el director de Comunicaciones y Publicidad de Brugal y Co., nos solicitó una reunión para encargarnos un proyecto.
Al final del encuentro me llamó aparte. “Quiero que te quede claro algo, Camilo —me dijo—. Estamos contratando a la agencia porque queremos trabajar contigo”. Al principio lo entendí como un elogio, pero pronto me di cuenta de que era un inconmensurable reto.
En todo este tiempo, mis aportes son irrelevantes si se comparan con las experiencias de las que he sido parte y lo que he podido aprender. Cuando empezamos el mundo de las comunicaciones era muy diferente de lo que es hoy. Esos aprendizajes y esas reinvenciones junto a Luis, han sido un verdadero lujo.
Texto a texto, reunión a reunión, conversación tras conversación, trago a trago, la relación laboral se fue convirtiendo en una gran amistad. Hoy Luis es vicepresidente de Comunicaciones y Asuntos Públicos de Casa Brugal y yo, ya desde mi propia empresa, sigo colaborando con él y su equipo (con quienes mantengo una relación de familia).
En 2011, cuando Diana y yo le dimos la vuelta a Cuba, él y Susan nos acompañaron en parte del trayecto. Para celebrar aquella gesta, abrimos una botella de Brugal Extra Viejo con La Habana de telón de fondo. Como nacimos por los mismos días, ayer nos celebraron los cumpleaños en Casa Brugal.
Entre los tantos (y a veces inmerecidos) regalos que me ha hecho República Dominicana, la amistad y el cariño de Luis y Susan es uno de los que más valoro. Por eso ayer, cuando partimos juntos el bizcocho, me sentí feliz y orgulloso de todas las experiencias que hemos compartido.
Todavía sigue siendo un inconmensurable reto.
1 comentario:
Felicidades a ambos
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