En una las más hermosas canciones de su último disco, Jorge Drexler no encuentra nada más valioso para dar que un instante de silencio. En El poder del bosque, el inspirador libro de Qing Li, hay un capítulo dedicado al silencio natural, uno de los recursos más amenazados del planeta.
Diana anda en un viaje de trabajo desde el lunes y María se fue a pasar una semana con su papá. Mami está muy bien cuidada con Caro y Francis. Por eso decidí quedarme unos días solo en la Loma. He hecho el mayor silencio posible y he escuchado al monte lo más que he podido.
Me levanto a las cinco, como de costumbre. Pero ahora, en vez de tener que mirar a la ciudad y el despertar de sus ruidos desde un décimo piso, me cuelo un Bustelo y salgo a caminar. Dejo el celular en la cabaña, me quedo a solas con el sonido de la naturaleza.
Ayer pude oír a minúsculo colibrí que estaba posado en un cable del tendido eléctrico. Gracias a los binoculares, presencié con lujo de detalles su rutina de aseo y su gimnasia matutina. No me moví hasta que decidió marcharse, ya listo para zumbar de manera incasable por las flores de la Cordillera.
Aleisa Ribalta me llamó al mediodía. Hicimos una videoconferencia junto a Elsa Rivero, quien me cantó “Palabras”, de Marta Valdés, a capella. Es toda la música que he escuchado en estos días. Por las noches me quedó leyendo en la terraza, gracias a eso he descubierto sonidos totalmente nuevos para mí.
En el Olympic National Park, en el estado de Washington, Estados Unidos, hay una pequeña piedra roja que marca una pulgada cuadrada de silencio, libre de los ruidos creados por el hombre. Ayer en la tarde estuve un rato escuchando al pino que tenemos junto a la cabaña.
Oí sus ramas crujir y a sus piñas caer cada vez que el viento soplaba. Una llamada entrante apareció en la pantalla de mi celular en silencio. No era mi Cucha, tampoco Caro ni Francis. Un rato después se apagó. Entonces descubrí que por el pino trepaba un enorme lagarto.
Sentí una rara alegría por dentro. Me estaba comportando de una manera tan silenciosa como él.
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