Hoy, cuando nos tomábamos el primer Bustelo de la mañana, Diana Sarlabous se puso de pie y me dejó solo. Mientras subía la escalera, dijo que quería escribir algo. Media hora después volvió y me leyó este pequeño texto. No pude resistir la tentación de compartirlo en El Fogonero.
En los 9 años que ya tiene este blog, se pueden contar con los dedos de las manos los textos hechos por otros. Si hoy hago otra excepción, es porque me hubiera gustado escribir “Mis trapitos al sol”. No podría explicar mejor el estilo de vida que Diana y yo llevamos, lo que somos y queremos seguir siendo.
Hoy es mi último día de las vacaciones de Fin de Año.
Entre trámites burocráticos interminables y fiestas familiares, los días me han
pasado volando. Hoy, por fin, he podido sentarme tranquilamente a navegar por
Internet.
Me encanta visitar los blogs de temas de costuras. Esta
vez descubrí a Sew n Sow y a Down to Earth. Dos mujeres que han
encontrado la felicidad de la vida simple y en sus bitácoras describen a diario
todo lo que hacen y sienten, la cotidianidad de una existencia feliz, plena.
Leerlas me ha llenado de ilusión. Sin saberlo, ellas
le han dado un gran impulso a mis nuevos proyectos. Gracias a la web, puedo
encontrarme con personas que de otra manera me sería imposible conocer.
Hoy pude conocer a Victoria y a Rhonda, sus vidas, su
familia, los que les hace feliz. Ellas viven en Australia. En nuestros planes de corto plazo visitar ese
lejano continente no está contemplado. Pero conocerlas virtualmente ha sido
fundamental para mí.
Ellas me demostraron que podemos seguir secando
nuestros trapitos al sol, a la manera de la campesinos, sin temor a que los
demás vean cómo somos realmente. No tenemos nada que esconder, pero sí tenemos mucho que
compartir.
Diana Sarlabous
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