En
Cuba, a finales de los 80, el flautista José Luis Cortés armó
una orquesta con una nueva generación de músicos. Aquella idea acabó llamándose
NG la Banda y, a principios de los 90, revolucionó la música cubana. Algunas de
sus piezas componen el soundtrack de aquella gran depresión que nombraron con un
eufemismo: Período Especial.
Admito
que durante muchos años fui muy pesimista. Creía insuperable la crisis moral y
ética que dos décadas de parálisis habían dejado en los cubanos. Se me hacía
difícil creer que una generación, que nació y creció dentro de la sobrevivencia
extrema, pudiera reponerse a eso. Calculé mal. Subestimé a los míos. Afortunadamente, me equivoqué.
Por
primera vez, en muchísimos años, Cuba produce en mí alguna esperanza. Durante los
7 días que estuve en mi país conocí a una nueva generación de cubanos que,
parafraseando la necedad de Silvio Rodríguez, están dispuestos a jugar a lo
ganado. Aún con casi todo en contra, ellos trabajan como si disfrutaran del
viento a favor.
Es
cierto que las ruinas se extienden por todo el país, es obvio que la producción
estatal está paralizada, no hay dudas de que todavía se está tocando fondo;
pero la capacidad emprendedora de esa bandada de muchachos, que solo reclaman
libertad para producir bienestar, me ha devuelto el optimismo.
Ellos están dispuestos a arar el porvenir. Solo necesitan que los viejos bueyes acaben de soltar el arado.
Ellos están dispuestos a arar el porvenir. Solo necesitan que los viejos bueyes acaben de soltar el arado.
4 comentarios:
Formidable Camilo. Que bellas palabras, como quisiera que se extendiera su post. Gracias
Ojalá tengas razón, pero lo que me preocupa es la última frase. Que los viejos bueyes, suelten el arado.Y si lo sueltan se lo entreguen a bueyes nuevos ,que tengan que ver poco con ellos.
ERES UN TIPO LINDO, CAMILIN. ESTO SOLO LO PODIA ESCRIBIR UN TIPO LINDO DE CORAZÓN.
Altamente recomendado este post. Sintetiza una común impresión de nuestro reciente viaje a la isla.
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