25 marzo 2013

Una larga lista


Durante años, estuve organizando en mi mente una larga lista. Eran las cosas que quería hacer el día que por fin volviera a la estación de ferrocarril del Paradero de Camarones:
  • Caminar descalzo por el andén caliente.
  •  Lavarme la cara con agua del pozo.
  • Subirme al techo y mirar al pueblo desde su punto más alto.
  • Recolectar semillas del algarrobo y la mata de limones criollos.
  • Ir hasta las tumbas de Laika, Tristán y Quino, los perros de mi infancia y mi juventud.
  • Caminar haciendo equilibrio por los carriles hasta el enlace del antiguo ramal Cumanayagua.
  • Balancearme en la cerca del patio de Mercedita, con los dos pies apoyados en los alambres de púas.
  • Cruzar el potrero de mi abuelo de extremo a extremo, siguiendo la sombra de los ciruelos.
  • Cortar un poco de hierba en la faja de la línea para sentarme a olerla.
  •  Ir a las ruinas de la represa de Ciprián.
  • Comer caña en la escalera del patio.
  • Trepar la mata de mamoncillos.
  • Acostarme sin camisa en el piso frío de la saleta.
  •  Oír en el viento en los postigos, eso que Truman Capote llamó “el arpa de hierba”.
  • Esperar a que pasara un tren.
  • Besar a Diana en el puente de la cañada.
No hice ninguna.

4 comentarios:

Blanca Acosta dijo...

Por suerte provengo de una familia en que en general los profesionales y en particular los médicos (entre ellos, mami, papi y abuelo) crecen satos en las matas.
Lo único malo es que mi hermano y yo estamos vivos de milagros. Mis padres tenían muy escondidas y bajo llave las muestras medicas que les enviaban. ¿Qué niño que se respete no encuentra lo que los padres esconden? Los jarabes nos los empinábamos todos y unas pastillas simplemente dulces, pero como era el fruto prohibido mil veces más deseadas que el mejor chocolate.
Cuando se lo conté a mi responsable hijo farmacéutico se le pusieron los pelos de punta. Como sobrevivió, mi hermano es también siquiatra con un PhD en neuropsiquiatría. Se lo hicieron tomar en el Instituto de Neurología porque él era el único medico que no era neurólogo...cuando se sacó el bombo no lo dejaron salir porque era uno de los pocos neurosiquiatras de Cuba...karma.

salva33125 dijo...

Es algo que pasa...cuando estamos ahí,donde tanto deseamos, frente al sueño...solo podemos... "y entonces comprendes como están de ausente las cosas queridas.." (Canción de las Simples cosas)

Kundejo dijo...

No te asustes Camilo, a mi tambien me pasa igual. Cuando me bajo del avion en Santa Clara caigo en un limbo y cualquier lista de cosas por hacer se me olvida, right away. Lo unico de la lista que siempre hago es llevar a mis niñas a la playa, a ellas eso no se les olvida. :)

Unknown dijo...

Muchas de estas cosas resultarían imposibles