08 marzo 2013

La momia de Chávez


58 años es muy poco tiempo para tratar de hacer todas las cosas que quiso ser Hugo Chávez. Por señas, momentos antes de expirar, suplicó que no lo dejaran morir. Necesitaba más tiempo, justo lo que le sobrará a su momia, que será expuesta en un museo como Lenin, Mao y Tutankamón.
Con un afán casi obsesivo, Hugo gustaba de trocar y trastocar a los símbolos. En cuanto reunió el poder suficiente para hacerlo, cambio el nombre, el escudo y la bandera de su país. No conforme con eso, ordenó desenterrar a Simón Bolívar y no paró hasta conseguir modificarle el rostro.
Ya se informó que el cuerpo del comandante presidente, en cuanto salga de la capilla ardiente, caerá en manos de un embalsamador. Con la ayuda de algodones y formol modelarán el Chávez imperecedero. Desde una vitrina, igual que los animales de los museos de ciencias naturales, podrá ser apreciado.
En marzo de 2009, Hugo se pronunció en contra de Bodies revealed, una exposición donde se exhibían cuerpos humanos. Le preocupaba seriamente la idea de que los padres llevaran a sus hijos a la muestra. “Es un signo muy evidente de la inmensa descomposición moral que sacude este planeta”, recalcó en su programa de televisión.
Indignado, Chávez recordó que una cosa es que alguien done su cuerpo para investigaciones científicas, y otra que lo anden exhibiendo “destrozado o rehecho”. Apenas 4 años después, destrozado por el cáncer, rehecho por el mismo hombre que embalsama a las santidades del Vaticano, él mismo será exhibido.
Los venezolanos que no pudieron ver Bodies revealed por la prohibición de su presidente, ahora tendrán una segunda oportunidad. El cuerpo de Hugo Chávez ha sido donado para ser expuesto. El único que podía impedirlo ya  no está en condiciones de trocar y trastocar las cosas. Nada podrá hacer para evitarlo.  

No hay comentarios: