En Santo Domingo, son las 10:47 de la noche del viernes 22 de
marzo de 2013. En estos momentos, Bebo Valdés es trending topic en República
Dominicana. Con sus propias palabras y con ese piano silencioso que son las
teclas de las computadoras o los smartphones, los dominicanos le rinden homenaje
al gigante de la música.
Bebo Valdés nació en Quivicán en 1918 y acaba de morir en
Estocolmo. En sus 95 años de vida hay otra fecha importante: 1960. Una
revolución en su país y el amor de una sueca se combinaron para que el genial
pianista decidiera exiliarse. Tenía 42 años, su ausencia duró 53.
Muchas veces, de distintas maneras, le ofrecieron a Bebo la
posibilidad de volver a su patria. Su negativa siempre fue rotunda. Una y otra
vez se negó a llegar a un Quivicán desconocido, a una Habana en ruinas y a una
Cuba oprimida. Como si tocara la más difícil nota, solo supo decir que no con
su cabeza.
Es muy probable que los dominicanos actuales conozcan mejor a Bebo
Valdés que sus compatriotas. Lo poco que se saben de él los cubanos de hoy, se debe a unos dibujos animados donde Bebo se
llama Chico y sus deseos por Cuba se resumen en una muchacha de nombre Rita.
A partir de hoy Bebo Valdés es, como diría Fito Páez, parte del
aire. En el caso de los cubanos y de todos los que le admiran, parte del aire
que respiramos. Como un oso, negro y enorme, seguirá abrazándonos con sus
ritmos. Por más que se haga el sueco, Quivicán será siempre su lugar en el
mundo.
1 comentario:
Leí en el Pais de hoy, que dijo una vez que cuando muriera , si lo Castro gobernaban en Cuba, que no lo enterraran allá.
Publicar un comentario