10 diciembre 2012

La carta de Andrea, los comentarios de Ernesto


En las últimas semanas he tenido poco tiempo para El Fogonero. El 2012 acabará como uno de los años más improductivos de esta bitácora. Tengo varias excusas para ello, pero quizás la más convincente de todas sea Twitter. Ahora, cuando quiero decir algo con urgencia, lo resuelvo en menos de 140 caracteres.
Muchos compatriotas me han escrito recriminándome el “abandono”. He respondido con puntualidad cada uno de los emails que enviaron a mi buzón. Cuesta creer que una cosa que empezó como un divertimento individual, como un juego casi infantil, acabara entrañando una responsabilidad con tantos.
Hoy en la mañana me llegó un mensaje de Andrea Piedra, una entrañable compañera de aula en la Escuela de Arte de Cubanacán, en La Habana. Nunca más había sabido de ella. Para mí, sigue teniendo el rostro, la ropa y la sonrisa de aquella época (años 80 del siglo pasado). No sé cómo es Andrea hoy, pero ya me enteré cómo piensa y eso me ha hecho muy feliz.
“Es hermoso que hayas creado este espacio, ha sido una idea bella y genial. Pero hace mucho dejó de ser tuyo para convertirse en propiedad de los que te esperamos, salvando las diferencias que nos separan y agregando las virtudes que nos unen. Por todo lo anterior, compañero Camilo Venegas Yero, alias el Camily, tienes que seguir escribiendo en El Fogonero hasta que la muerte los separe”, me advierte mi antigua camarada.
Justo en el momento en que recibí su señal, estaba borrando dos comentarios, uno mío y otro de un tal Ernesto de la Serna. No era un acto de censura, sino de vergüenza. Un perseguidor cubano, bajo tan ridículo seudónimo, logró sacarme de quicio. Tanto mis palabras como las suyas me parecían una mancha innecesaria en el blog.
Por todo esto quiero hacer una aclaración: El Fogonero es un espacio privado que tengo que compartir para que exista. Pero eso no quiere decir que deje pasar por él a esbirros infelices y a chivatos frustrados. El Fogonero es mi manera de seguir habitando el Paradero de Camarones, la única manera que me queda de invitar a gente como Andrea a disfrutar de mi espacio y de los míos.
Nada que contravenga esa premisa tendrá cabida aquí.

3 comentarios:

Diana S. dijo...

Gracias a ti por El Fogonero y gracias a todos los cubanos que a través de sus Blogs tratan de conservar lo nuestro. T

Anónimo dijo...

Que tiempos aquellos Camilo!!! Creo que esa escuela nos marco a todos... Andrea Piedra era una muchacha alta de teatro que era modelo??? Si es esa la recuerdo perfectamente... Los de plastica y los de teatro nos llevabamos muy bien!!! Recuerdo el comedor del primer piso y los albergues!!! Y los juegos de pelota!!! Que epoca, caballero!!!

MAGA dijo...

EXCELENTE!!! ASI MISMO!!!