La primera vez que supe de Cuty fue en La Gaceta de Cuba. Cuando llegó la hora de elegir las ilustraciones
para un dossier, Norberto Codina propuso un folder lleno de impúdicas
habaneras. El tiempo en ellas podía transcurrir, pero el espacio era
invariable, ninguna se atrevía a salir del baño.
Aunque sabíamos que aquellos dibujos iban a provocar, tanto
a moralistas como a talibanes, el voto del equipo fue unánime y salieron
publicados en el próximo número. Poco después, conocí a Cuty en persona,
durante una turbulenta exposición suya en casa del actor Vladimir Cruz.
Ese día apenas cruzamos palabras. Recuerdo que también
celebrábamos el primer regreso de Puchy Fajardo a La Habana (al final acabé acompañando
a su hermana Deborah por las escaleras en tinieblas del López Serrano) y las
canciones que Polito Ibañez incluiría en su próximo disco.
Mi próximo encuentro con Cuty fue una tensa discusión
virtual. Cubanos al fin, acabamos mandándonos fuertes abrazos después de no
pocos insultos. En septiembre pasado, durante mi última noche en La Habana, volvía
a dar con Cuty. Con toda naturalidad, seguimos el hilo de algunas conversaciones
que ya habíamos cruzado.
Antes de despedirnos, fue al librero de Odette Pantoja, sacó
un catálogo suyo y, encima de la dedicatoria que le había escrito a Odette,
rayó una nueva para mí. Guardo ese valioso ejemplar como un testigo de
excepción de cómo la amistad puede ser sucesiva y yuxtapuesta.
Para ser consecuente con el espíritu de Cuty, guardo ese
libro encima de mi inodoro. A veces, cuando estoy allí, paso mis dedos por
encima de sus inolvidables habaneras, esas que son capaces de casi todo, menos
de sentarse en un baño público.
3 comentarios:
¡Excelente crónica!
Que grata sorpresa saber que estuviste ese dia en casa deVladimir Cruz, te hago el cuento, cuando el Vlado se mudo en esos días mevisitaba o viceversa , de pronto eramos vecinos, su casa estaba en construccióny vacia, y fue cuando le propuse hacer una exposición con el titulo “Prohibidousar el baño’, y clausuramos el la puerta del baño con un cartel en reparaciónlo cual era cierto, la idea era beber hasta no poder mas y aguantar las ganasde mear, algo muy usual en algunos de nuestros centros o lugares públicos ynocturnos para beber cerveza, etc, donde todos aguantamos hasta saciarnos ydespues a saber donde será el desbeber , la Exposicion era ese solo dia, y fueun éxito, muchos bebimos y no nos queríamos ir, y fue cuando orinaban en pomosde refresco y los tiraban por la ventana, el Vlado se dio cuenta y fue cuandoabrimos el baño. Tienes razón ese dia estuvo Puchi mi gran amiga y mi profesorade Literatura cubana en mis años estudiantiles en la Universidad, conservofotos de ese dia y con ella, me es placentero saber que estuviste ese dia en miExposicion personal “No usar el baño’, la inaguracion fueron las palabras deReynaldo Montero, también estuvo Pastor Vega entre varios amigos.
Muchas gracias por tan nostálgico y bello texto.
Te abraza,
Cuty
uhmmm... y yo que pretendía subastar ese catálogo en Christie's y con eso financiar la entrada a Julliard del Simón... deja que lo coja (agarre, hay que aclarar en México) y en tu caso es delito tipificado como receptación así que no te escapas. No obstante felicidades en el 2012, avísame si vas de nuevo a Cuba o vienes a México y volvemos a cantar y por qué no a llorar.
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