De Camilo Hernández conservo historias inolvidables que algún día tendré que dejar por escrito, pero ninguna de ellas viene a cuento hoy. Ahora solo quiero reproducir una foto y un pie que él nos etiquetó a muchos de sus amigos en Facebook. Se trata de una imagen de los tantos actos de repudio que la dictadura cubana ha organizado contra las Damas de Blanco, esa docena de mujeres indefensas que, con las manos llenas de flores, reclaman la libertad y los derechos que se merecen, incluso, los que integran las hordas que las oprimen.La imagen que envió Camilo está más arriba, el pie es este: “Miren esa foto, a la que saca la lengua, desquiciada, al que le pone cuernos, macho. Mírenlos felices porque pueden descargar la ira de saber que sus vidas (y su dignidad) se van en el sarcófago del Faraón. Ojalá alguien rastreara a sus familias (que las tienen) en Miami o Madrid, familiares que se niegan a firmar cartas por miedo a que no los dejen entrar a Cuba a alimentar a esos parásitos, y que en esas caras deformadas por el hambre de no ser parte del mundo, reconozcan a sus hermanos y a sus sobrinos, por quienes, temerosos, se callan la boca. Cuervos que seguimos alimentando, calladitos, chantajeados, putas tristes”.











