10 abril 2010

Silvio, el viejo y mentiroso

A principios de los años ochenta yo estudiaba teatro en la Escuela Nacional de Arte de Cubanacán. Mi profesor de Dirección era Víctor Varela, hermano de Carlos, el trovador. Las clases prácticas las dábamos en el desvencijado teatro Miramar, en una 5ta. Avenida donde las flores nocturnas comenzaban a cruzar las puertas prohibidas.
En uno de los tantos ejercicios que tuve que dirigir, llené el escenario de sillas para que los actores trataran de escalarlas como si fueran una montaña. En ese entonces, todos queríamos ser más revolucionarios que Jerzi Grotowsky y Eugenio Barba. Inspirado en ellos se me ocurrió aquel raro disparate.
Cuando acabó todo (ya no recuerdo cómo), Víctor Varela me dijo que le había gustado mucho (algo raro en él, no era nada complaciente). Como Víctor conocía mi fanatismo por la obra de Silvio Rodríguez, entendió aquello como una metáfora del día en que sus palabras se convirtieran en una montaña de sillas que lo convidaran a sentarse y mentir.
Yo no supe si sentirme feliz por el logro escénico o decepcionado por la conclusión que había sacado el maestro. Para mí, en ese entonces, Silvio se haría aún más sabio y más valiente con el paso del tiempo. En otro post conté lo que significaban para nosotros aquellos conciertos que él daba en la escuela una vez al año. Al final siempre nos convidaba a comernos el futuro como si fuera un “helado gigaaaaanteeeeeee…”
Leyendo la controversia que Silvio ha mantenido con Carlos Alberto Montaner, recordé aquel suceso en el escenario del teatro Miramar. Víctor Varela tenía razón, el trovador se convertiría en un viejo lamentable. Pongo el link para que sea el lector quien subraye todas las cosas inconcebibles y hasta inadmisibles que dice Rodríguez Domínguez en su más reciente réplica.
Lo menos que se le puede pedir a estar alturas es que cada vez que mienta desde su paisaje de ruinas intensas, tenga vergüenza. ¿A qué más?

8 comentarios:

José Israel Cuello dijo...

Camilo:
No entiendo qué induce al rechazo de un Silvio que ha abierto con una mención tendida del nombre necesario un debate que tanto hemos reclamado.
No es táctico acorralarlo escarbando en sus errores cuando sabemos que fue el único capaz de decir ¡ojalá!, cuando nadie dentro hablaba de deseos.
Siento que hay un pase de página y si en mis manos estuviera les levantara el bloqueo sin condiciones para que las entretelas de los vejestorios se expongan a la vista de todos.

Anónimo dijo...

Sí.coincido con el comentarista anterior pareciera que Silvio es el responsable de todo lo feo ocurrido en cuba.Hasta de los fusilamientos lo queremos culpar a él.Tiene el diminuto defecto de dar la cara por otros que no la asoman y defender sus ideas y por eso lo condenamos,lo escupimos lo pateamos,le gritamos todo lo que quisieramos gritarle al verdadero culpable.Que difícil darnos cuenta que en su difícil misión de genio musical indispensable de este siglo en cuba deja un pequeño espacio para dialogar con nosotros: simples mortales.Yo coincido en el fondo con todos los post de este blog pero coño hagamos un paréntesis para pensar que a nuestros nietos los obligaremos a escuchar Canción de invierno o De la ausencia y de tí, y nunca tendremos tiempo para aclararle que simpatizaba con el más grande dictador de cuba en todos los tiempos.porque sencillamenete no valdría la pena.CARAJO.

Wichy dijo...

Yo sí lo entiendo. Silvio significó mucho para muchos de nosotros. Silvio era la voz de una generación de intelectuales, y con el paso de los años dejó de ser nuestra voz para ser la voz de aquellos que nos la quitan.
Silvio no sólo nos decepcionó sino que también nos traicionó. Su discurso se volvió taimado, cobarde, acomodaticio. Por eso es el rechazo, por eso la crítica al hombre se nos agolpa en la garganta. Más que crítica, es un lamento desgarrado por la magia perdida de nuestros años juveniles.

Lucero dijo...

Tienes razón, Camilo, Silvio es un viejo cínico y mentiroso. Esa excusa de los ancianos gobernantes es infantil, pero desvergozada, tratándose de él. El gordo Cuello sabe que los Castro solo saldrán de ahí cuando mueran.

MT dijo...

El final es una estocada maravillosa.

Robin Hood dijo...

Eso, Camilón, desenmascaremos es este cazabrujas de dores.

ANGEL PARA UN FINAL dijo...

No sé si sabes que no fue nadie al Protestódromo. Esa es una señal que les envió el pueblo, sobre todo a Silvio que le gusta tanto hablar en nombre del pueblo y eso, como él dijo una vez, es una responsabilidad muy grande para que él la asuma sin preguntarnos.

GUAITABÓ dijo...

silvio es un testaferro de los castro, un oportunista, un descarao. come carne todos los dias tiene casas en paris y en madrid y un negocio propio en cuba. es un descarao.